4 Clásicos Legendarios AMÉRICA vs CHIVAS - Parte 1

Si vamos al diccionario”, la palabra ‘rivalidad’ significa “enfrentamiento, oposición o enemistad entre varios que aspiran a lograr una misma cosa" .

¿Qué buscan los equipos de futbol? La hegemonía del uno sobre el otro, las victorias, los goles, honrar a la pelota para ganar el ansiado título.

Sin embargo el futbol no puede ser agradable con ambos protagonistas de un mismo partido.

En la película de Rudo y Cursi, el personaje de Batuta decía que el problema del amor a la pelota es que todos quieren con ella, pero ella quiere con todos.

América y Chivas, los dos clubes más ganadores del Futbol Mexicano, han vivido por décadas una enemistad y una batalla deportiva para demostrar quién es el más grande, hostilidades que a través del tiempo nos han dejado historias míticas, legendarias, épicas, dignas de recordar y contar de generación en generación.

Por eso mismo, hoy te traemos la primera de dos partes de los clásicos más recordados entre Guadalajara y América, la rivalidad más chispeante y segunda más longeva de nuestro balompié.

La animadversión entre ambas escuadras nació en 1944, año en que emplumados y tapatíos se veían las caras por primera vez en un torneo de liga.

Fue en el Parque Oblatos de Guadalajara con triunfo de 3-1 para los locales.

En su segundo compromiso las escuadras protagonizaron una pelea campal (que no sería la única por supuesto) y en 1959 la rivalidad se agrandó debido a las declaraciones de Don Fernando Marcos, quien fuera jugador, árbitro, entrenador, cronista, comentarista y prácticamente el fundador de la industria del futbol en México.

‘El Padre del Clásico Nacional’ fue entrenador del América de 1957 a 1959, mismo año en el que declaró que su equipo solo visitaba la Perla Tapatía para “cambiarles el número de larga distancia” a 20-20-20.

Esto porque en la campaña 58-59 el América le ganó 2-0 al Atlas, 2-0 al Guadalajara y 2-0 al Oro, los tres equipos de la ciudad.

El manifiesto del técnico americanista causó muchísima polémica y la enemistad se disparó con partidos cada vez más intensos entre ambas escuadras, estadios repletos y semanas previas en las que solo se hablaba del clásico naciente.

Desde entonces y hasta la fecha, luego de más de 60 años de historia y rivalidad, América y Chivas han regalado clásicos inolvidables que hoy recordamos con esta recopilación para mantenerlos vivos como Leyendas del Futbol Mexicano.

Foto: MEXSPORT

Es importante recalcar que no es posible acumular los mejores encuentros entre ambos en un solo video, incluso tampoco en dos, por lo que seguramente en el futuro realizaremos más partes que alimenten esta serie.

Tampoco guardan ningún orden de importancia ni cronológico.

Guadalajara vs América, Clausura 2005

Chivas y América se veían las caras el 13 de marzo en la novena fecha del Clausura 2005.

América mantenía buen paso con solo una derrota en 8 partidos y en dicho torneo corto completaría un semestre bárbaro de la mano de Mario Carrillo, obteniendo el campeonato de liga contra los Tecos y el décimo título oficial azulcrema.

El chiverío, por su parte, tuvo un torneo muy desafortunado en el cual apenas sumaría 6 victorias, los mismos empates y 5 derrotas, ubicándose en la décima posición sin derecho a Liguilla.

No obstante, a pesar de la oscura campaña rojiblanca, los tapatíos dieron muy buena pelea en sus dos clásicos y en los juegos ante Cruz Azul y Pumas.

Chivas y Águilas dieron un partidazo colmado de dramatismo y grandes goles, digno de un clásico nacional, de esos que se dan a cuentagotas.

La cita fue en el Estadio Azteca.

El colosal recinto lucía repleto con playeras amarillas y rojiblancas por todos lados dejando a la vista una hermosa postal con el colorido mosaico de aficionados al futbol.

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América salió al campo con un joven Guillermo Ochoa, Pavel Pardo, Cuauhtémoc Blanco, Kléber Boas, Claudio López y compañía.

Por su parte, Benjamín Galindo mandó a Maza, Reynoso, Salcido, Ramoncito, Palencia, Bravo y Bautista, unas Chivas capitaneadas por el experimentado Oswaldo Sánchez.

Es decir que ambas escuadras traían un par de equipazos.

América haciéndose grande como local, iba hacia al frente con agresividad ante unas Chivas que contenían estoicos en la zona baja.

Las águilas buscaron y buscaron hasta que encontraron el gol al minuto 15 de tiempo corrido.

Piojo López llegaba a la línea de fondo y mandaba un centro que se iba muy abierto, pero Oscar Rojas sacaba agua del pozo y lograba ceder a Blanco que trazó hacia la posición de Pavel.

El 'Bebé' soltó una raya de pierna derecha a pocos metros de la media luna y clavó la esférica al fondo de la red, con todo y colaboración de Oswaldo.

Después de recibido el primer gol, el equipo rojiblanco se quedó en shock y durante gran parte del primer tiempo fue presa de unas agresivas aves de rapiña comandadas por Cuauhtémoc Blanco en esplendor.

Al 29', el divo de Tepito cedía en las afueras del área para Kléber, que se adentraba y hacía suyo el rectángulo verde para luego devolver la esférica a Cuauhtémoc, quien sacó de su zona a Oswaldo Sánchez.

Ante el arrastre del tapatío, Cuau mandó el centro y Oscar Rojas remataba el 2-0 momentáneo en lo que parecía ser un día de campo americanista.

Empero, el defensa central de las Chivas, Héctor Reynoso, acortaría el marcador a tres minutos del entretiempo con una de las dianas más bonitas en la historia de los clásicos nacionales.

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Al 43', el Sansón de las Chivas tomaba la redonda en la media cancha, avanzaba con ella un par de metros, levantaba la cara entrando a tres cuartos de cancha y no lo pensaba más.

Con la potencia precisa y colocación adecuada, Héctor sacó un disparo de larga distancia que quedará grabado para siempre en la memoria de los chiva-hermanos y catadores del buen futbol.

Y es que el oriundo de la Ciudad de México puso la número 5 dentro de la red con tal violencia que Guillermo Ochoa no hubiera llegado a ese balón ni con cohetes propulsores.

El medio tiempo terminaba con la pizarra 2-1 y el complementario iniciaba con interesantes idas y vueltas.

Chivas se hacía el fuerte a la ofensiva y así lo demostraba al minuto 13 luego de un tiro de esquina.

Ramoncito colgaba el balón al corazón del área donde Palencia, picando de adentro hacia fuera, metía con un martillazo el empate a dos goles aunque la redonda impactaba en un defensor que quiso contener, pero sin éxito.

La grada del Azteca se volvía loca y los jugadores en la cancha otro poco.

Los tapatíos festejaban en un verdadero acto de comunión, gozo y alegría mientras que el América se disponía a tomar cartas en el asunto para no hacer un papelón en su casa, frente a su gente.

Los de Coapa salían con balón controlado desde zona defensiva, Pavel lo tomaba y con su inteligencia mental y buen toque de balón, mandaba un trazo más que preciso hacia el pique a máxima velocidad del argentino Piojo López.

El ex de la Lazio y Valencia se encontró con la esférica, la dejó botar un par de veces dentro del área y la empalmó de zurda con todo el rencor del mundo para vencer a Oswaldo que se aventaba nada más para la foto.

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Los americanistas gritaban desbordados, el canto del águila retumbaba alrededor del Azteca y Blanco cargaba al “salvador” de la noche.

Pero no tan rápido, dijeron las Chivas.

El conjunto rojiblanco no se quedó con las manos cruzadas y nuevamente a 3 minutos, pero ahora del silbatazo final, Ramoncito tomaba la siempre amada en el sector izquierdo.

Con la pradera abierta, el de la Piedad, Michoacán, avanzó y pasó al movimiento del Venado.

Medina dejaba entrar el balón para su pierna zurda y con esa misma mandaba la diagonal matona con la que de nueva cuenta Juan Francisco Palencia anotaba y se convertía así en el enésimo héroe de la noche.

Con la 58 en la espalda, Palencia festejaba alborozado el empate final en lo que fue un partido legendario, épico, que se quedó sellado en la mente de los asistentes al estadio y los televidentes en casa.

Si bien el Clausura 2005 fue una campaña irrelevante, intrascendente para el club Guadalajara, rescataron muy bien el empate en el clásico nacional demostrando que ante el rival odiado se juega algo más que tres puntos (valga la frase repetida hasta el cansancio).

Guadalajara vs América, Temporada 94-95, Primera Vuelta

El 13 de noviembre de 1994 se llevó a cabo el clásico nacional en el Estadio Jalisco, correspondiente a la primera vuelta de la campaña 94-95.

Ambos equipos contaban con dos de sus mejores plantillas históricas, siendo la de las Águilas la más recordada.

El equipo capitalino de Leo Beenhakker contaba entre sus gatilleros a los africanos Kalusha y François Omam-Biyik, Zague, Germán Villa, Del Olmo, Adrián Chávez y un recién estrenado Cuauhtémoc Blanco.

Sin embargo las Chivas no desentonaban con mexicanos de renombre como ‘Tiburón’ Sánchez, Omar Arellano, Ramón Ramírez, Alberto Coyote, 'Chepo' de la Torre, Luis Flores, Travieso Guzmán y Nacho Vázquez, solo por mencionar algunos.

Las acciones en Guadalajara comenzaban con unas águilas buscando ir rápido al frente.

Así lo lograron cuando temprano en el partido Zague encontró a Blanco dentro del área, el crack azteca preparó y sacó el cañonazo cruzado, pero Beto Coyote barrió milagrosamente para mandar a tiro de esquina.

Se cobraba desde el vértice del campo y Celestino Morales ponía a temblar a los rojiblancos luego de una pésima salida.

Los emplumados continuaban ofendiendo y al 16’ Kalusha conducía la esférica en medio campo luego de recibir un pase de Luis Roberto, el africano no lo pensó dos veces y sacó un izquierdazo fulminante que venció a Celestino.

Kalusha Bwalya festejaba danzando su quinto gol de la campaña, mismo que adelantaba a los suyos en el partido más pasional del futbol mexicano.

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Las Chivas contestaron casi inmediatamente con Nacho Vázquez, pero su intentona no pudo mover las redes de Adrián Chávez.

Instantes más tarde, América sería acuchillado por el colegiado cuando le invalidaban un gol legítimo

La ofensiva del Guadalajara seguía probando su suerte y construyendo en media cancha lograba tocar puerta nuevamente.

Ramón Ramírez quedaba solo frente al área pero la mandaba muy por encima.

Ramón se molestaba, pero la revancha le llegaría muy pronto en un tiro libre.

Cerca de la media luna, el número 7 sacó un potente disparo buscando el poste del portero, sin embargo, la pelota salió desviada y se incrustaba en la meta americanista.

El gol fue una inyección de adrenalina para el Guadalajara que se volcaba con todas sus armas al frente.

Guzmán orquestaba en tres cuartos de cancha e intentaba un remate a puerta con la zurda que tapaba su propio compañero, no obstante, el rebote cayó a la ubicación de Ramón Ramírez, quien de parte externa la mandó a guardar para concretar la voltereta en casa y el doblete particular.

América sufría por la ofensa tapatía que les pegaba en el orgullo. En un balonazo largo hacia zona de peligro, el ‘Cuau’ le bajaba el balón a Biyik que como en el primer gol, no se la pensaba un segundo y prendía la redonda con rencor para proyectarla al ángulo superior izquierdo de Morales, que apenas iba en el aire cuando el camerunés ya salía disparado para festejar el empate al minuto 42.

Se pensaba que así terminaría el primer tiempo.

Sin embargo, el defensa Juan Hernández cometió un gravísimo error metiendo la mano dentro del área y el árbitro central decretaba pena máxima para el Guadalajara.

Daniel Guzmán con el 58 en la espalda se paró frente a Chávez que lo retaba con las manos.

El ariete mexicano no titubeó, engañó al portero americanista y sacó un potente tiro raso hacía el otro lado.

Chivas hacía el 3-2 y su parcialidad se llenaba de júbilo confiados en una victoria más.

Beenhakker debió hablar fuerte y claro con los suyos en el entretiempo porque para la segunda parte el América salió con todo.

Corría el minuto 51 cuando los emplumados mandaban un centro de manos al corazón del área. El envío pasó por encima de un par de defensores tapatíos y Zague se lo encontró.

El larguirucho supo ocupar bien su corpulencia para dejar entrar el balón y ganarla por arriba con todo y el puñetazo en la cara que le metió Celestino.

Por tercera vez el encuentro se empataba y todo México veía un clásico nacional que no quedaba a deber ni mucho menos.

Chivas no tuvo reacción después del gol de la igualada y se echó para atrás ante unas águilas que querían la victoria.

Al 66', Joaquín del Olmo se disponía a cobrar una falta, Ramírez y Robles se paraban en la Barrera y del Olmo contactaba la esférica para tenderla sobre el área chica.

Los defensores tapatíos olvidaron marcar a Cuauhtémoc Blanco que metió un golazo de cabeza para sentenciar la victoria.

El que más adelante se consagraría como Leyenda del Club América, corrió gustoso y feliz por su anotación tan importante contra el rival odiado para luego colgarse del cuello del técnico holandés que le dio la confianza siendo una joven promesa.

El árbitro central terminaba las acciones y América salía triunfante de lo que fue un partido lleno de goles, volteretas y grandes emociones.

Lamentablemente el club despidió a Leo Beenhakker y el gran castillo azulcrema que se había construido, se derrumbó irremediablemente perdiendo contra Cruz Azul en Liguilla.

América vs Guadalajara, Semifinales 82-83

América había tenido una enorme temporada en la 82-83 y buscaba coronarla con el campeonato.

Parecía lograrlo cuando en las semifinales de vuelta se enfrentaban a las Chivas de Fernando Quirarte y Alberto Guerra con una ligera ventaja por el 2-1 conseguido en la ida gracias a los goles de Norberto Outes y Batata. Por las Chivas descontaría Roberto Gómez Junco.

No obstante, los americanistas vivirían en carne propia la hazaña que el chiverío conseguiría en el Estadio Azteca aquel 22 de mayo de 1983.

El partido se ensuciaba muy pronto y al minuto 7 Cristóbal Ortega salía conmocionado del terreno de juego con el párpado del ojo izquierdo ensangrentado luego de un choque en el aire con dos tapatíos.

El América comenzaba bravo con un derechazo de Javier Aguirre que Zully Ledesma rechazaba como los grandes.

Alberto Guerra, técnico de las Chivas, salía expulsado luego de protestar airadamente una mano muy clara de Armando Manzo.

América ofendía con Batata, pero Madero llegaba sanguinario con una patada por detrás.

El número siete americanista reclamaba hincado y el partido se desarrollaba con más juego rudo que futbol.

Las Chivas intentaban con el tiro libre de Gutiérrez que se estrellaba en la barrera y se armaba la contra americanista en las piernas de Norberto Outes, pero Eduardo Cisneros lo bajaba con colmillo afilado trabando por la espalda para evitar la descolgada.

Argentino y mexicano se encararon frente a frente para que en cuestión de segundos se armara la melé ante un Edgardo Codesal que se limitaba a amonestar, expulsar y cuidar las espaldas de su asistente, Rodolfo Fregoso, que iba a ser devorado por los jugadores visitantes, sobre todo por Cárdenas que segundos más tarde buscaría a Trejo para agredirlo.

En ese instante el campo de futbol se convertiría en una batalla campal con artillería incluida explotando un petardo en la orilla del campo.

Outes y Javier Cárdenas se iban expulsados, uno por bando.

Quirarte jugaba de a gratis luego de una barrida de cárcel sobre Eduardo Bacas y Tena advertía enseguida de cabeza, pero sin suerte.

El primer gol del partido llegó luego de un centro de Gutiérrez al corazón del área para Samuel Rivas, el delantero recentró para que el 'Snoopy' Pérez igualará el global con un golazo en dos tiempos que mandó a la esquina inferior derecha del poste de Zelada.

La gente en la Perla Tapatía celebraba gustosa viendo la tele o escuchando la radio y acto seguido se quedaban cerca de gritar el segundo, pero Héctor Miguel lo evitaba con un lance fenomenal dentro de su área chica.

La primera parte finalizó luego de 11 minutos de agregado, la expulsión rigorista de Armando Manzo, la sorpresiva caída de cuatro paracaidistas y la segunda anotación del Guadalajara, con definición frente a la portería de Demetrio Madero luego de un corner por izquierda. Un absoluto manicomio en la capital del país.

Los equipos cambiaron de lado y empezaba el complemento con idas y vueltas interesantes.

Las Chivas ya tenían un pie y medio dentro de la final.

Pajarito intentaba con regates y Batata de tiro libre para los de Coapa.

El juego ríspido seguía apareciendo, Batata pedía penal, pero no se lo marcaban. La primera seria de peligro del segundo lapso apareció con un cabezazo de Tena que atajó bien Zully Ledesma, y luego vino un zapatazo de Gómez Junco que Zelada desvió a tiro de esquina.

A los 74’ de tiempo corrido Trejo peinó el balón con inteligencia, pero Zully se lanzó cuan largo era y la mandó fuera.

El 'Capitán Furia', desesperado por ir al frente para acortar distancias dejó vulnerable la zona defensiva y a dos minutos de cumplirse el tiempo reglamentario cayó el tercer gol que sentenciaba la serie en favor de las Chivas.

Gómez Junco recuperó el balón en medio campo, avanzó con él en los pies y cedió en los linderos del área para la entrada de Sammy Rivas que tundió un escopetazo imposible de atajar para el gran Zelada.

La transmisión televisiva repetía la jugada del gol cuando una nueva gresca se desataba en el terreno de juego.

Jugadores, cuerpo técnico, gente de pantalón largo, policías, todos invadieron la cancha y los golpes se apoderaron nuevamente del espectáculo.

Finalmente, Guadalajara conseguía un triunfo de leyenda con el 4-2 redondo sobre el odiado rival además de ganarle nuevamente en el Estadio Azteca luego de no hacerlo desde junio de 1977.

Chivas avanzó a la final, pero quedó subcampeón perdiendo en penales ante el Puebla luego del empate global.

América vs Guadalajara, Final 83-84

En la que ha sido la única final entre ambos clubes en toda la historia del balompié azteca, América y Chivas se toparon en la llamada final del siglo de la 83-84 chocando de poder a poder en el Clásico Nacional para decidir al monarca del futbol mexicano.

Los de la Perla Tapatía contaban en sus filas con nombres importantes como los de la Torre, Quirarte, Javier Cárdenas y Eduardo Cisneros, todos dirigidos por Alberto Guerra.

Las Águilas querían vengarse de la derrota del año anterior y Tena, Trejo, Brailovsky, Hermosillo, Aguirre, Ortega y compañía,eran las armas fuertes de Carlos Reinoso, quien los llevaría a lo más alto.

En aquella temporada las Chivas entraron a la Liguilla como cuartos generales. Echaron fuera a los Tecos y a los Pumas, series que se definieron en penales.

Por su parte, América se llevó los reflectores durante toda la campaña demostrando buen futbol y entendimiento.

Terminaron la 83-84 como líderes absolutos y en la Liguilla demostraron que aquel equipo se consagraría como uno de leyenda.

Durante los cuartos, a los regios del Monterrey los doblegaron 2-1 en el global, mientras que al Cruz Azul le dieron las gracias al derrotarlo 2-0 con dianas del ‘Cabezón’ Luna y el ‘Ruso’ Brailovsky.

La final más esperada llegaba con un marco inmejorable: los dos equipos más populares del país, ambos mostrando muy buen nivel futbolístico y los mundialistas estadio Jalisco y Azteca para albergar este histórico capítulo deportivo.

La ida se jugó en Guadalajara, el 7 de junio de 1984, ante más de 56 mil gargantas que en su mayoría alentaban al equipo local.

Gómez Junco cobraba un tiro de esquina, pero el remate tapatío era atajado correctamente por Zelada.

América se apuraba a cobrar una infracción, Brailovsky tomaba el balón en media cancha y luego cedía con inteligencia para Carlos Hermosillo, quien definía de derecha al ángulo para luego festejar impetuoso el primer gol de la final del siglo.

De nueva cuenta América movía rápido y en corto una sanción a favor. Igualmente, el ‘Ruso’ tomaba la esférica y con su magnífica visión de campo trazaba un pase penetrante para la corrida de Mario Trejo, quien solo le desvió la pelota a Celestino Morales y salió corriendo para gritar el 2-0 como visitantes.

Sin embargo, Chivas con más fortuna que claridad con los pies, consiguIó el empate con dos goles muy parecidos.

Primero Eduardo Cisneros centró el balón desde la esquina derecha para meterla en la olla, una cabeza chiva encontró y desvió la pelota hacia el manchón penal donde se hizo un embrollo de remates y rebotes.

Finalmente, Eduardo de la Torre quedó solo con el balón y venció a Zelada.

El 2-2 también llegó con un cobro a tierra, pero ahora con un libre directo que terminó en centro.

El portero águila no pudo bajar la esférica del tendedero y la dejó botando en el área, su defensiva quiso reventar, pero no tuvo éxito.

Chivas tomó el balón y disparó en reiteradas ocasiones hasta que Néstor de la Torre pudo sacudir las redes.

Guadalajara empataba en casa con goles de los primos hermanos y se alistaba para jugarse la gloria ante su antagonista de la Ciudad de México.

El Estadio Azteca sumó aquel 10 de junio de 1984 un partido más a su larga lista de cotejos históricos.

Chivas empezaba agresivo y al 26’ lo intentaba por la banda izquierda con Eduardo de la Torre.

Armando Manzo llegaba a marcarle, pero con una temeraria falta por atrás.

El árbitro central consideró la entrada de tarjeta roja y lo mandó reflexionar a las regaderas. América se quedaba con 10, pero no le afectaría.

Brailovsky ganaba de cabeza en los linderos del área tapatía y Sergio Lugo sacaba la redonda de zona de peligro con un pelotazo largo que el Snoopy Pérez le ganaba a Cristóbal Ortega.

El delantero rojiblanco avanzó a máxima velocidad, enfrentó a Zelada, se adelantó el balón y el portero argentino lo derribó dentro del área, lanzándose desde la tercera cuerda.

Se decretaba la pena máxima, pero Chivas no se adelantaba en el marcador por la histórica y muy recordada atajada que el meta americanista le hacía a Eduardo Cisneros, quien optó por un toque suave y colocado.

El Azteca era un caldero de emociones con aficionados americanistas estallando de alegría y echando porras sobre uno de los mejores porteros de toda su centenaria historia.

Pero el paradón de Zelada sería solo un esbozo de la consagración futbolística que sucedería más adelante.

Brailovsky la tomaba en medio campo, se enredaba con el balón, pero se metía en el área e intentaba el disparo que estrellaba en Quirarte.

La pelota salía rebotada hacia el Tucumano Bacas quien no perdonó metiéndola entre las piernas de Celestino Morales con un potente derechazo.

Después del penal errado Cisneros no fue el mismo, ni en ese partido ni en toda su carrera y se perdía una clarísima que pudo significar el empate global a 3.

Al 65’ Brailovsky mandaba la pelota al área con un centro cerrado hacia primer poste. La bola salía peinada por Javier Aguirre y Alfredo Tena cerraba la pinza para poner el 4-2 redondo y corría a realizar una celebración de época.

Guadalajara no permitiría una humillación y se fue agresivo al frente.

Roberto Gómez Junco cobró un tiro de esquina que encontró remate en Demetrio Madero, la pelota salió en dirección a portería, Zelada y Mario Trejo brincaron con las manos arriba y aunque este último nunca la tocó, Antonio Márquez decretó la pena máxima.

Quirarte se paraba frente al balón y de derecha lo metía engañando a Zelada. La afición rojiblanca que se encontraba en el Estadio Azteca celebraba ilusionada, pero ya no habría remontada.

América terminó con las esperanzas tapatías cuando Javier Aguirre controló orientado luego de un pase desde la banda.

El hoy director técnico se sumergió en zona de peligro en un movimiento y remató con un zurdazo fulminante que dejó sin oportunidad a Celestino Morales.

Con 10 hombres sobre el terreno de juego, América ganaba su cuarto título de liga ante las Chivas y escribía con refulgentes letras de oro uno de los episodios más emocionantes y recordados en la historia del futbol mexicano.

Esta victoria en la Final del Siglo fue el comienzo del ascenso águila, que haría suya la década de los ochenta y luego entraría en un triste periodo de sequía de campeonatos, pero esa es otra historia de Leyendas del Futbol Mexicano.

¿Qué te parecieron los Clásicos que elegimos para esta primera parte de partidos épicos entre águilas y chivas?

¿Cuáles Clásicos recuerdas como si hubiera sido ayer?

Déjamelo saber en tus comentarios.

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