OSWALDO SÁNCHEZ, ¿el mejor portero de la historia de CHIVAS? (1993-2014)
A veces el futbol no da glorias a sus mejores protagonistas. Es común conocer las historias de grandes profesionales del deporte que han entregado su vida entera con el objetivo de obtener títulos y reconocimientos, pero no lo han logrado.
Y si además se suma que el jugador sea portero, es muy fácil que el resultado sea todavía más obscuro, debido a la ingratitud de la posición, en la que los errores normalmente van al marcador.
No obstante, y a pesar de que el palmarés del protagonista de este video es escaso, sus actuaciones bajo los tres postes quedarán selladas en nuestras memorias futboleras por el resto de la historia del deporte mexicano.
Oswaldo Javier Sánchez Ibarra nació en Guadalajara, Jalisco, el 21 de septiembre de 1973. Su carácter desde pequeño siempre fue avasallador, echado hacia adelante.
Creció, como una gran mayoría de niños en nuestro país, entre balones y partidos de barrio. A los 17 años fue invitado a jugar en el equipo Universidad, donde se convirtió en una constante de la portería, a pesar de que normalmente no jugaba en esa posición.
En un partido frente a una filial del Atlas, el Güero Real le hizo una invitación a probarse en la cantera rojinegra. Al día siguiente asistió al entrenamiento y se quedó para participar en los Académicos del Atlas.
El Debut
Un par de años después ya formaba parte de las convocatorias al primer equipo y el 30 de octubre de 1993 Marcelo Bielsa, entonces técnico atlista, lo mandó a la cancha a 10 minutos del final del partido ante Veracruz, después de una lesión del titular Miguel de Jesús Fuentes.
Tan sólo un minuto después de su debut, Oswaldo vivió en carne propia lo frustrante de la posición de arquero. En un tiro de esquina por derecha, el guardameta se amarró al borde del área chica y tras una serie de rebotes, los Tiburones empataron el partido, que se acabó unos segundos después.
El Loco Bielsa le dijo “No te preocupes, tú vas a ser el mejor portero de este país, no pasa nada”.
A partir de ese día se convertiría en el titular indiscutible con los rojinegros e incluso jugaría su primera liguilla, donde poco pudo hacer para evitar la eliminación de su escuadra.
Mundial Juvenil 1993 y Panamericanos 1995
Fue parte de las Selección Sub 20 que se quedó en cuartos de final del Mundial Juvenil en 1993 y su primera decepción llegó en 1995, durante su participación en los Panamericanos de Argentina.
El equipo nacional había tenido una muy destacada participación, liderando el grupo C y despachando a Costa Rica y Colombia, para acceder a la final contra los anfitriones.
El juego fue bien disputado, pero ninguna de las selecciones pudo concretar sus llegadas. La medalla de oro se tuvo que disputar en penales, en donde Sánchez no pudo atajar ningún tiro y Rafael García fallaba el suyo, con lo que México se quedaba con la de plata.
Con Atlas siguió destacando con grandes atajadas y enseñando lo que sería una de sus mejores características: el detener penales. El primero de ellos fue en un partido contra Pumas, deteniendo el lanzamiento de un histórico Claudio Suárez.
Temporada 95-96
Su última temporada con la Academia sería la 95-96 en la que el equipo calificaba en tercer lugar a la liguilla, pero no podían contra Veracruz y sus goles de visitante. En ese año Oswaldo ganaba su primer Ciltalli como mejor portero de México. Se despedía de su cuna futbolísitca, en donde participó 87 ocasiones.
Debut en Selección
El debut en selección mayor llegó ese verano, en un partido amistoso contra Bolivia. También participó en la Copa Oro y en las Olimpiadas de 1996, aunque no jugó ningún partido.
Oswaldo Sánchez en América
Para el primer torneo corto de la historia, el Invierno 96, Oswaldo se marchó a las Águilas del América. Fue ahí donde demostró que era un profesional en toda la extensión de la palabra.
A pesar de que su familia era chivista, él incluido, sus participaciones con los de Coapa fueron siempre impolutas.
Sin embargo el irse a vivir solo a la Ciudad de México, ganando mucho más dinero de lo que había ganado nunca, empezó a moverle el tapete al joven portero. Además recibió 5 goles en el Clásico Nacional ante las Chivas, lo que provocó la destitución de Ricardo La Volpe.
Con tanta presión encima, Oswaldo comenzó a distraerse y eso provocó que empezara a perder la titularidad, por debajo de Hugo Pineda.
El tapatío se comprometió a recuperar su lugar y se centró en volver a la portería.
Liguilla Verano 97
Ya asentado nuevamente en el cuadro titular, ayudó al América a llegar a la liguilla del Verano 97, en donde fueron eliminados por Morelia.
Al siguiente torneo alcanzarían las semifinales después de despachar a las Chivas con un 4-1 global, pero los Esmeraldas de León acababan con sus esperanzas de enfrentar al Cruz Azul en la final, que a la postre sería campeón.
Verano 98
El Verano 98 también tendría al América en fase final, entrando desde el repechaje. Ahí despelucaron a los Toros Neza y en cuartos vencieron 3-2 al Cruz Azul. No obstante las semifinales serían tristes para el guardameta y compañía, ya que los poderosos choriceros de Toluca les vencían en los dos partidos de la llave, incluyendo un gol que se le atribuyó a Sánchez.
A pesar de las eliminaciones, Oswaldo ya era un líder en el vestidor americanista y ello repercutió en su llamado al Mundial de Francia 1998, en donde no pudo robarle el puesto a un inmenso Jorge Campos, quien se robó los titulares en los cuatro partidos de México.
La lucha constante por convertirse en el arquero fijo de las águilas se convirtió en una montaña rusa. El jalisciense sólo pudo adueñarse de la portería en dos de los seis torneos que jugó, el Invierno 97 y el Verano 99. En este torneo recibiría su primera expulsión como jugador profesional.
Fue ante la Máquina de la Cruz Azul, donde su equipo fue acribillado por 4-0, el primer gol por error de Oswaldo, aunque la roja fue excesiva, ya que se consideró una mano que no era.
En la liguilla América fue eliminado por Santos, con un global de 3-2. Ese partido de vuelta sería el último que el arquero jugaría en las filas azulcremas. Con los de Coapa, Sánchez alineó en 103 partidos.
Al portero le llegaban rumores sobre un posible traspaso al equipo rival: las Chivas. Un día por la mañana le preguntó a su entrenador Carlos Kiese si era verdad y le dijo que no, que él se quedaba fijo en el club.
Su traspaso a Guadalajara
Por la noche, ya en su casa, escucha en televisión la noticia bomba: Oswaldo Sánchez era traspasado al Guadalajara.
Dirigido por el Tuca Ferreti, iniciaba una etapa histórica para el Rebaño. Sería en la capital de Jalisco donde su carrera se consolidaría y su historia de amor con la afición rojiblanca quedaba marcada como una de las más increíbles de México.
En su primer torneo se enfrentaría a su ex en cuartos de final. A pesar de tener una gran actuación, Cuauhtémoc Blanco sepultaba sus aspiraciones y les eliminaba con un solitario gol.
Verano 2000
En el Verano 2000 alcanzaron las semifinales, pero Cardozo en su máximo esplendor, acompañado por un gran Toluca, los aniquilaba con un global de 6-3.
Con las Chivas anotó el único gol de su carrera, en la Copa Merconorte 2000, de cabeza y en el último minuto. Con esa anotación calificaba a su equipo a las semifinales, aunque ahí serían eliminados en penales por el Atlético Nacional de Colombia.
En los torneos Invierno 2001, Apertura 2002 y Clausura 2003, el Guadalajara no podía superar los cuartos de final, sucumbiendo contra Toluca en dos ocasiones y ante Morelia.
La carrera del arquero seguía creciendo a nivel individual, obteniendo los Citlallis al mejor portero en el 2000, 2002 y 2003, pero los títulos colectivos no llegaban, al menos a nivel de clubes.
El arquero, al que ya se le empezaba a conocer como San Oswaldo por los aficionados rojiblancos, había asistido al mundial de Corea Japón, pero Javier Aguirre elegía al Conejo Pérez como su guardameta titular.
Copa Oro 2003
Sin embargo, después del mundial, era el de las Chivas el que tomaba la batuta del marco nacional. Fue parte fundamental de la Selección Nacional de México que ganó el título en la Copa Oro de 2003.
El partido de presentación fue ante el invitado Brasil, en el Estadio Azteca. Ya al mando de Ricardo La Volpe, la selección iniciaba fuerte con un disparo fuera del área, pero los brasileños avisaban con un balazo de Diego que desviaba el portero de 30 años.
Luego alcanzaba a manotear un centro de Robinho. Los amazónicos presionaban la zaga mexicana, pero los verdes empezaban a mostrar los destellos que tendrían durante todo ese ciclo mundialista.
En el segundo tiempo Oswaldo salía con valentía ante una cabalgada de Kaká, que pudo haber sido falta, pero no se marcó y así evitó el gol carioca.
Tras un poste del capitán brasileño, llegaba un gran desborde de Osorno, que centraba para que Jared Borgetti rematara y le diera la victoria al cuadro nacional.
El segundo y último partido de grupos, ante Honduras, resultó en un aguado 0-0 donde Oswaldo sacó de la línea una de las pocas llegadas centroamericanas.
En cuartos de final, México se servía con la cuchara grande. Omar Bravo, Chiquis García, Daniel Osorno, Borgetti y Juan Pablo Rodríguez colocaban el 5-0 en el marcador, que servía para obtener confianza con miras a las semifinales.
Ahí se encontraban con un Costa Rica que estaba lejos de lo que nos deslumbraría en la década del 2010. A pesar de eso sacaban un buen disparo lejano, que rebotaba en el travesaño.
No obstante, Rafa Márquez lanzaba un pelotazo que no se supo si era un tiro o centro, pero que acababa en el fondo de las redes. Oswaldo se sacaba una gigantesca atajada a ras de suelo y salvaba a su equipo.
Instantes después el Chiquis remataba un tiro libre que era escupido por el arquero González y Borgetti llegaba a robarse el contra remate. México avanzaba a la gran final donde se enfrentaría, una vez más, a los pentacampeones del mundo.
Los de La Volpe tocaban la puerta brasileira, pero de tres disparos no se hacía uno en su primera llegada. Kaká intentaba con un disparo cruzado, pero el balón no alcanzaba a entrar.
Luis Pérez probaba a Gómes y Oswaldo se sacaba un mano a mano al líder de los sudamericanos. Pável ponía a prueba al guardameta, que se lucía con una atajada en el ángulo. Osorio continuaba con la tendencia ascendente mexicana con un trallazo que salía desviado.
Tras un pequeño conato de bronca, los brasileños se volvían a salvar, con un cabezazo de Borgetti y sendos disparos de Valdez y Osorno.
El equipo sudamericano ya pedía la hora y los mexicanos fallaban otra clara en el área justo antes del final del partido, que se iba a tiempos extra, en donde todavía estaba vigente la regla del gol de oro.
Se jugarían sólo 8 minutos, ya que Daniel Osorno, después de un par de maniobras en el área, sacaba un zurdazo para incrustar la bola en la meta brasileña. Con esto, el equipo nacional le daba a Oswaldo Sánchez el único título que ganaría con la Selección, al menos jugando como titular.
El arquero ganaba el trofeo al mejor portero de la competición, después de una actuación perfecta. Se alistaba para ser el portero mexicano más valioso en ese periodo de cuatro años.
Clausura 2004
Y es que por fin, después de 5 años de lucha, el Guadalajara llegaba a la gran final. Sería contra los Pumas, en el Clausura 2004.
En liguilla se encontraban con Atlante como primer obstáculo. Jhonny García hacía una falta dentro del área y Oswaldo, fiel a su estilo, retaba al tirador. Luis Gabriel Rey tiraba de zurda y vencía al capitán.
Al 61’ Pacheco se inventaba un golazo que entraba en la horquilla de la portería y los Potros se iban al Jalisco con ventaja de dos.
Ahí no habían pasado ni 30 segundos cuando San Oswaldo se lanzaba para desviar un gran cabezazo del Chamagol González. Sin embargo, Fernando Arce globeaba al arquero y ponía el tercero en la eliminatoria.
Parecía que el Guadalajara se iría una vez más de la liguilla, pero Sabah cabeceaba un balón para poner el del descuento, a unos minutos de iniciar el segundo tiempo. Omar Bravo dejaba su nombre en el marcador y Palencia remataba la faena, con un buen disparo, para la tranquilidad de Sánchez y su afición.
Con todo y errores arbitrales, el Guadalajara avanzaba a la semifinal del torneo.
Se enfrentaban a su némesis Toluca, que marcaba el 1-0 definitivo en la ida, y que metía miedo en el equipo rojiblanco.
La vuelta, en el Jalisco, sería la muestra de que Oswaldo Sánchez era el mayor ídolo de las Chivas.
Omar Bravo remataba a gol y Marco Rodríguez lo daba por bueno, pero en seguida lo anulaba. Cristante desviaba una bola y luego el Bofo se sacaba una jugada de mago, que provocaba la expulsión de Dueñas y dejar aceitado el pase a los del bajío, tras el penal anotado por Ramoncito Morales.
El portero argentino seguía con la buena actuación y el árbitro le daba la oportunidad a los del Estado de México con un penal marcado sobre el Maza.
Era el minuto 80 e Israel López tenía la oportunidad en sus pies, pero el enorme portero con su autógrafo en el pecho detenía otro penal más, que se sumaba a la larga lista. Ramón Ramírez marcaba uno de sus últimos goles con la playera del Guadalajara y el equipo llegaba a la final contra Pumas.
Después del empate a 1 en la ida, ambas escuadras se enfrentaban bajo el sol de Ciudad Universitaria. A pesar de los esfuerzos, no se lograría ningún gol y el partido se iba a tiempos extra.
En la tanda de penales Oswaldo no podría lucirse y quedaría en el recuerdo este grito que Kikín le metió al portero después de anotar el gol.
Rafa Medina mandaba su pelota a las nubes y los Pumas se proclamaban campeones, dejando una imagen de las lágrimas de Oswaldo Sánchez al salir de CU.
El de Guadalajara se llevaba el trofeo al mejor portero y al mejor jugador de todo ese año futbolístico por encima de Marioni y el Chelito Delgado, pero seguía frustrado por no poder obtener el título de liga que llevaba tanto tiempo persiguiendo.
Copa Confederaciones
Después de volver a ganar otro Balón de Oro como el mejor guardameta y el de mejor futbolista de la 2004-05, llegaba la Copa Confederaciones. Ahí México y Oswaldo tendrían una de las exhibiciones más completas que se recuerdan de un seleccionado nacional.
Contra Grecia taparía una bola que le remataban a bocajarro, en una muestra monumental de reflejos felinos. Los brasileños, argentinos y alemanes también sufrirían el poder de sus guantes y, a pesar de que México se quedaba en la cuarta posición, también recibía el galardón como el mejor guardameta del torneo.
Oswaldo Sánchez estaba en su mejor momento y el 2006 sería el año más importante de su carrera, pero también el más triste de su vida.
Primero, en marzo, alcanzó los 400 partidos en Primera División. Luego tuvo una estupenda Copa Libertadores junto con sus compañeros.
Con tres victorias y tres empates en primera fase, los de Guadalajara pasaban a octavos en segundo lugar de su grupo. Ya ahí se emparejaron con el Independiente de Santa Fe.
En la ida las Chivas impusieron condiciones y dejaron el marcador 3-0. En Colombia las cosas parecían enfilarse con el gol del Reynoso al 9’, pero los cafetaleros ponían tres pepinazos, para meterle emoción al encuentro. Sin embargo no les alcanzaría y los mexicanos llegaban a cuartos ante Vélez, con quienes empataban a ceros, ya sin Oswaldo en la portería.
Mundial de Alemania
Porque justo había llegaba el ansiado Mundial de Alemania. Y es que luego de dos copas consecutivas observando desde la banca, el jalisciense sabía que era su momento.
Después de un intento fallido por ser traspasado al Santos de Brasil, Sánchez viajaba a Alemania como parte de la convocatoria mundialista. Ricardo La Volpe le conocía desde mucho tiempo atrás y confiaba plenamente en sus capacidades, por encima de Memo Ochoa y Jesús Corona.
No obstante, la concentración de la Selección Mexicana recibiría una noticia devastadora. Felipe Sánchez, el padre de Oswaldo, fallecía debido a un paro cardorespiratorio, a un día de tomar el vuelo que lo llevaría a acompañar a su hijo en canchas alemanas.
A las 3 de la mañana del jueves 8 de agosto, el portero tomó un vuelo privado con rumbo a Guadalajara, acompañado de Jorge Campos. La incertidumbre por su participación en el juego de ese domingo quedaba en segundo plano, ya que la tristeza por el fallecimiento era infinita.
Sánchez asistió al funeral y, en una decisión que demuestra el inmenso carácter y fuerza mental que siempre tuvo, decidió volar de regreso a Núremberg, en un avión que fue rentado entre las directivas de América y Chivas.
Su Debut en Mundiales
Llegó a Alemania el día sábado, tan solo unas horas antes del debut ante Irán. La Volpe, tal y como le había prometido, decidió alinearlo como titular, con lo que logró cumplir la promesa que le había hecho a su padre, jugar un Mundial.
Su familia viajó con él y se hizo presente en las gradas, llenando de emotividad el encuentro. El equipo iraní mostró sus respetos a un deportista que, a pesar de perder a su padre unos días antes, se plantaba con fuerza a defender el arco mexicano.
Durante el partido demostró de qué estaba hecho y era fundamental para la victoria de México por 3-1. Después del pitido final, se derrumbaba de rodillas en la cancha, señalando al cielo entre lágrimas.
Contra Angola y Portugal también tuvo buenas actuaciones, aunque no logró evitar la derrota ante los lusos.
En octavos de final el Tri daba su mejor partido, incluyendo atajadas memorables del guardameta. Sin embargo su estirada no era suficiente para tremendo pelotazo que mandaba Maxi Rodríguez y Oswaldo Sánchez se despedía con esta imagen llena de frustración y coraje.
De regreso a la Libertadores, el Guadalajara derrotaba de visita a Vélez, pero después era aniquilado en semifinales contra Sao Paulo, con global de 4-0.
Apertura 2006
El Apertura 2006 cerraría un año lleno de emociones, de subidas y bajadas. Las Chivas tenían un torneo irregular, lo que les obligaba a pasar por el repechaje.
Ahí superaban sin apuros al Veracruz, pintándoles 6 goles en la cara. En cuartos se encontraban con Cruz Azul. El marcador tardaba en abrirse, pero en los primeros minutos del segundo tiempo, Bravo cerraba la pinza para poner el 1-0.
Al 26’, tras una gigantesca jugada colectiva, el Bofo vencía al Conejo Pérez. En la vuelta la Máquina lo intentaba, pero al 37’ Carmona empujaba a Bravo y se marcaba el penal. Ramoncito anotaba y le daba tranquilidad a su equipo.
Oswaldo estaba amonestado y en una salida de último recurso derribaba al delantero azul. Sin embargo la jugada terminaba en gol y el árbitro Glower le perdonaba la expulsión.
Ramón Morales marcaba su doblete y a pesar del gol de Sabah, las Chivas llegaban a la semifinal, donde se emparejaban con su máximo rival, el América.
Tras un buen y peleado primer tiempo, el Gringo Castro derribaba a Bautista en la entrada del área y Ramón Morales no perdonaba, como de costumbre.
En una combinación habitual, Bofo mandaba un centro preciso al movimiento de Bravo y el de los Mochis rompía el balón con un frentazo que se iba al fondo de las redes.
Guadalajara viajaba con la ventaja al Azteca, en donde aguantaba con fuerza el empate a ceros y con ello avanzaba a la gran final.
Toluca había terminado en cuarto lugar de la general, pero el infumable sistema de grupos los obligó también a superar el repechaje. Un asco, en pocas palabras.
En la ida, en el Jalisco, Cristante derribaba a Omar Bravo en el área chica, pero el árbitro Gabriel Gómez no marcaba el penal.
Guadalajara no se desmotivaba y el Pato Araujo lo intentaba de lejos. Al 44’, después de un robo de balón y un gran centro de Morales, Bravo remataba la pelota y ponía el primero de la final.
En el segundo tiempo y después de un tiro libre desviado, todos los jugadores observaban cómo el balón se escapaba al costado de la portería. Al 60’, Oswaldo achicaba y salvaba con una gran atajada.
Unos minutos después Marioni se quedaba a nada de poner el del empate, pero su tiro se iba a desviado. No sería así al 75’, donde alcanzaba a empujar el balón para vencer a Sánchez y dejar el empate definitivo.
Apenas al minuto 18’, el Maromero remataba casi en la cara de Oswaldo y los choriceros se adelantaban en el global, con plena confianza de levantar la copa en su casa, frente a su gente.
El primer tiempo ya no tuvo más emociones. Pero sólo 6 minutos después de volver del descanso, Francisco Javier “El Maza” Rodríguez se elevó sobre su marca, para pegarle al balón con el hombro y poner las tablas otra vez.
18 minutos después, con sus guantes bicolores en las manos, Adolfo Bautista le pegaba de izquiera a un balón que se envenenaba rumbo a la portería y vencía a Hernán Cristante.
Jorge Vergara, el dueño, y Oswaldo Sánchez, el capitán, festejaban con todo un campeonato que estuvieron buscando por muchos años. Por fin el jalisciense podía celebrar un título de equipo, levantando la copa y cerrando su gran etapa chiva como los mejores.
Y es que tan solo 8 días después, San Oswaldo se despedía para siempre de las Chivas de Guadalajara, al no estar de acuerdo con bajar su sueldo. Se iba un ídolo inconmensurable, que es considerado como uno de los mejores, si no el mejor, portero del equipo de Jalisco.
Con las Chivas, Oswaldo jugó 310 partidos y anotó 1 gol en casi 8 años de permanencia en el club.
Su traspaso a Santos
Se marchaba a Santos Laguna, en donde forjaría una carrera tan larga como la que tuvo en Guadalajara. Llegaba a empapar a la institución con toda su experiencia. En su segundo torneo alcanzaba las semifinales, pero eran eliminados por los Pumas.
Para el Clausura 2008 Santos ya había superado todos sus problemas porcentuales y se posicionaba firme en el segundo lugar de la tabla. En cuartos lograba sacar el resultado contra Necaxa y en semifinales empataba con Monterrey en el global, pero la posición le daba el pase a la final, contra Cruz Azul.
La Máquina comenzaba ganando con un buen gol de Vigneri, pero Fernando Arce empataba al 60’. Para redondear la remontada el fallecido Chucho Benítez mandaba a guardar su derechazo.
En el Estadio Corona el Hachita Ludueña empalmaba un balón lleno de calidad, que se iba como entre nubes al ángulo de la portería. Los cementeros estaban acabados y Chucho pudo aniquilar, pero su balón se iba al poste.
No obstante, al 82’ Lozano metía el de la esperanza, que sin embargo no sería suficiente y Armando Archundia pitaba, con lo que Santos y Oswaldo ganaban su tercer y segundo campeonato, respectivamente.
La participación del guardameta en Selección se había visto reducida, sobre todo por la intensa competencia entre los grandes personajes de la época. Sin embargo era un asiduo en partidos eliminatorios, en donde la Selección estaba a punto de perder el boleto y Oswaldo dejó una triste imagen.
En el partido en Honduras, México perdía 1-0, pero le alcanzaba para calificar al hexagonal. Una cámara captó cómo le pedía a David Suazo, delantero centroamericano, que dejaran de atacar, que con ese marcador ambas selecciones calificaban.
Debido a este hecho fue duramente criticado y él ha mencionado que en el amor y la guerra todo se vale, que su intención era desconcentrar al hondureño.
Al final Javier Aguirre tomaba el mando de la Selección y dejaba fuera al veterano jugador del Mundial de Sudáfrica. En un partido contra Pumas en Ciudad Universitaria, la afición local atacó duramente al portero, quien terminó desahogándose rumbo al vestidor.
Bicentenario 2010
Ese mismo torneo, el Bicentenario 2010, Santos volvía a llegar a la final, después de dejar fuera a los Pumas en cuartos y a Morelia en semis con un marcador de masacre: 10-4 global.
La ida terminaba con un entretenido 2-2, pero en la vuelta no se movía el marcador, con lo que todo se definía desde los once pasos.
Ahí Sinha intentaría lucirse con una Panenka, pero el experimentado portero levantaba la mano para parar el tiro. Sus primeros tres compañeros respaldaron su actuación y él los complementó atajando el remate de Mancilla. Parecía que Oswaldo se volvería a llevar la copa de la Bombonera.
Todavía estuvo a punto de atajar un tercero. Vuoso tuvo el gol del título, pero la falló. Luego Morales repitió la mala actuación y Sánchez intentó salvar a su equipo, pero no lo logró. Talavera, que aprendió mucho del jalisciense, atajaba la bola santista y le daba la alegría a los choriceros.
Los de La Laguna no bajaban el nivel y volverían a llegar a la final en el torneo inmediato. Su rival era el Monterrey.
El primer encuentro fue muy movido, con llegadas de ambos bandos. Fue Estrada el que abrió el marcador, con un trallazo que venció a Orozco. Suazo vacunaba a Oswaldo, como lo hizo toda su carrera en México, pero tras un excelso centro del Guti, Darwin Quintero devolvía la ventaja.
En el segundo tiempo Sánchez aguantaba un par de llegadas regias, pero su achique no fue suficiente ante la llegada de Nery Cardozo, quien empujaba el balón.
Sin embargo Duilio Davino llegaba a destiempo y con una mala barrida metía un autogol que le daba la victoria a Santos por 3-2.
Lamentablemente para Oswaldo y compañía, la vuelta sería un desastre. Primero el Chupete con un extraordinario disparo, luego Basanta que ponía la frente para el segundo. Para ya acabar la faena, el chileno Suazo vencía con categoría al portero mexicano.
Partido de despedida con la Selección
Antes de disputar una nueva final con los de la Comarca, Oswaldo Sánchez se despedía de la Selección Nacional. Era en el Territorio Santos Modelo y ante Brasil, escenario ideal para decir adiós.
Desafortunadamente se iba con una derrota con un golazo de Ronaldinho, en el que tal vez el portero pudo hacer algo más y otro de Marcelo. Esto, por supuesto, no mancharía en absoluto su grandísima carrera con el Seleccionado Nacional.
Con la camiseta de México, el arquero jugó 99 partidos y ganó dos Copas Oro, además de acudir a tres mundiales. Es el doceavo jugador con más participaciones en el Tri.
Apertura 2011
La final del Apertura 2011 también la perdería Santos y esta vez se puede achacar la culpa al guardameta. Y es que después de perder por la mínima en el partido de ida, los laguneros tenían esperanzas de robar en el Volcán.
Sin embargo, apenas al minuto 12, Oswaldo salía atropellado a achicar un balón, enseñando los tacos. Marco Antonio Rodríguez señalaba el penal y expulsaba al jalisciense, a pesar de su berrinche.
El portero dejaba desprotegido a su equipo, que se comía tres goles de los de Nuevo León y se iban con el subcampeonato.
Pero por supuesto que eso no iba a frenar a esta gran camada alviberde. Una vez más repetían en torneos consecutivos y después de librarse de Jaguares y de los Tigres, llegaban a la final contra Monterrey, en la que buscaban revancha.
Después del empate a 1 en la ida, Ludueña anotaba el primero apenas iniciando el partido. Las acciones de peligro no llegaron el resto del primer tiempo, pero al 65’ Oribe Peralta marcaba el segundo y dejaba todo servido para un nuevo título santista.
A pesar del buen zurdazo de De Nigris que vencía al protagonista de este video, Santos Laguna ganaba su cuarto título y Sánchez, con su memorable sudadera gris y amarilla levantaba una nueva copa, con los guantes y el gafete de capitán bien puestos.
El 21 de marzo de 2014 se convirtió en el jugador con más partidos de Primera Divisón de México, superando al Maestro Galindo. Cerró su marca con 725 juegos disputados, aunque luego sería rebasado por el Conejo Pérez, quien llegó a los 739. También es el portero con más penales atajados de todos los tiempos, con 25.
Su último trofeo fue la Copa del Apertura 2014, aunque no participó de la final.
El 19 de diciembre de ese mismo año, anunció su retiro. Con los Santos de La Laguna, jugó 340 partidos. Después de una larguísima trayectoria, le decíamos adiós a uno de los grandes guardametas de la historia de México.
Debido el nivel impresionante de los porteros mexicanos de todos los tiempos, es muy complicado ponerlos en una lista, uno debajo de otro. Pero si tuviéramos que decidir un primer puesto compartido por tres o cuatro, definitivamente San Oswaldo estaría ahí.
Mentalidad de hierro, manos de diamante, corazón de fuego, liderazgo de gigante y espíritu de competidor insaciable, así fue Oswaldo Sánchez, un portero Leyenda del Futbol Mexicano.
¿Por qué crees que Oswaldo no pudo ganar más títulos colectivos? ¿Te hubiera gustado verlo más tiempo en las Chivas? ¿Cuáles son tus 5 mejores porteros de la historia de México? Déjamelo saber en tus comentarios.
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