Hoy toca recordar una de las participaciones más interesantes de México en un torneo entre continentes, como lo fue la Copa Confederaciones 2005, donde no ganaron ninguna medalla pero sorprendieron al mundo con su nivel, que los catapultó a ser cabeza de grupo en la Copa del Mundo.
México arrancó su participación en la Copa Confederaciones 2005 sobreponiéndose a un inicio tambaleante para remontarle a Japón y llevarse los primeros tres puntos en el torneo.
El Tri arrancó con Oswaldo Sánchez, Salvador Carmona, Aarón Galindo, Carlos Salcido, Ricardo Osorio, Jaime Lozano, Gerardo Torrado, Pável Pardo, Sinha, Francisco Fonseca y Jared Borgetti.
Apenas a los 11 minutos, el conjunto asiático supo aprovechar su dinamismo para adelantarse en el marcador por medio de Yanagisawa, quien aprovechó un gran centro de Kaji para anticiparse a Aarón Galindo y simplemente empujar el balón.
Imprecisiones en la salida, falta de creatividad en el mediocampo y escasez de habilidad en el ataque conformaban la horrenda presentación futbolística mexicana. Fueron minutos de auténtica desesperación. La idea de salir arrancar perdiendo en la Copa Confederaciones adquiría forma con la derrota parcial ante los asiáticos. No se veía ni cómo ni en qué momento el Tricolor podría igualar los cartones. El partido entraba en la recta final del primer tiempo. México seguía sin dominar, pero ya se mostraba recuperado del golpe psicológico sufrido tras el embate recibido. Parecía que lo mejor para nuestra causa era asistir a los vestidores para replantear la estrategia y mejorar. Sinha opinó lo contrario . Tras un pase de Salvador Carmona en tres cuartos de cancha, el brasileño naturalizado mexicano se acomodó el balón con la derecha y le pegó al balón con la misma pierna para incrustarla en el ángulo superior izquierdo de Kawaguchi. A los treinta y ocho minutos, el empate había llegado. La confianza mexicana cerró a tambor batiente de cara a una complicada segunda mitad.
Para el segundo tiempo, parecía que mexicanos y japoneses estaban más preocupados por anular al rival, que por mostrar ganas de irse arriba en el marcador.
Fue hasta que Antonio Naelson generó la gran oportunidad para el cuadro verde. Centro preciso desde el extremo derecho; Jared se mueve con inteligencia, sorprende al zaguero rival, y cabecea de manera contundente. Pero el grito de gol no pudo emerger de las gargantas: la pelota se impactó caprichosamente en el poste.
La habilidad estratégica de Ricardo La Volpe quedó en evidencia desde los primeros suspiros de la parte complementaria. México ya no se desbocó por la victoria. Siguió deseando los tres puntos, pero siempre tomando las precauciones debidas en sector bajo. Los japoneses lucieron incómodos ante las pocas libertades al frente; perdieron la posesión del esférico. El Tricolor ganó espacio en la batalla desde los banquillos y logró reflejarlo en los cartones después de una excelente fabricación colectiva. Borgetti cumplió con su labor de poste. Tocó en corto para Pineda. El jugador de los Pumas centró; Fonseca se impuso en el salto a dos contrincantes para rematar y enviar el balón hasta el fondo de las redes.
El tercer tanto se presentó a través de Borgetti. Lamentablemente, el árbitro asistente lo capturó en posición adelantada, la moneda seguía en el aire. El cuadro verde, que jugó de blanco, no perdió la compostura sobre el rectángulo verde. Japón estuvo cerca de empatar a dos minutos de la culminación. Tamada no pudo rematar de manera efectiva y fue así como los tres puntos fueron para los nuestros.
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