México es un país que históricamente ha regalado grandes guardamentas al futbol mundial.
Defender el arco azteca durante una Copa del Mundo es todo un honor que muy pocos se pueden dar el lujo de ostentar, uno de ellos es Isidoro Sota, quien se encargó de resguardar el arco del Tri en el segundo partido de la Copa del Mundo 1930.
Sota acudió como portero junto a Óscar Bonfiglio, quien era el titular, por lo que su rol fue más de apoyo, sin embargo tuvo la oportunidad de participar en el segundo juego de México en el torneo.
El apodado Yoyo defendió los colores del América, y se convirtió en el primer arquero azulcrema en ir a un mundial, además de esto en su familia corría el amor por el deporte ya que sus hermanos Jorge y Ernesto también fueron futbolistas.
En el partido ante Chile no le fue tan bien, y pese a que el resultado fue un poco menos abultado que contra Francia (4-1), Sota no pudo evitar la caída de su marco el 16 de julio de 1930 en el Estadio Parque Central.
Al minuto 12, y tras una supuesta mano de los chilenos, Carlos Vidal abrió el marcador. El mismo jugador amplió la ventaja la inicio del segundo tiempo y posteriormente el "Chaquetas" Rosas haría el primer autogol en la historia de los Mundiales y el tercer tanto del Tri.
Sota no volvió a ver acción, ya que en el siguiente juego Bonfiglio retomó el puesto e inclusive atajó un penal, sin embargo logró meter su nombre en los anales de la historia dentro del Tri como el segundo hombre en defender el arco.
El nacido en la Ciudad de México el 4 de febrero de 1902 no tuvo la carrera destacada de otros compañeros suyos, e inclusive de sus hermanos, por lo que su trayectoria tuvo un perfil bajo dentro del país.
Sota falleció en 1976, a los 74 años de edad.
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