Hace unos días terminó la Copa del Mundo para México, sin embargo el dolor de lo sucedido se mantiene latente en un país que espera fervientemente y cree en su selección torneo tras torneo, aunque con los mismos resultados.
Sabemos que el hubiera no existe, y que los problemas del equipo tienen un fondo muy profundo, sin embargo también hay que tocar esas jugadas y momentos clave que definieron el fracaso rotundo que fue este equipo.
La convocatoria del Tata
Desde aquí murió gran parte de las esperanzas mexicanas de hacer un torneo decoroso. Gerardo Martino fue de más a menos y su proceso debió ser cortado tras perder 2 finales contra Estados Unidos, sin embargo los altos mandos optaron por desechar la renuncia y darle confianza plena con todo y que hubo muchas incoherencias en sus decisiones.
Dejar fuera a goleadores como Chicharito y Chaquito Giménez, cuyo aporte ofensivo era mucho mayor que el de un lesionado Raúl, Henry y Funes Mori, quien fue blanco de polémicas desde su naturalización para que al final del día jugara solamente unos minutos en el tercer partido no fue ni siquiera su mayor error.
El Tata llevó a jugadores como Alvarado, Uriel Antuna, Charly Rodríguez y Romo, quienes no respondieron en la cancha, aunque este último ni jugó, mientras que otros elementos como Erick Sánchez y Diego Lainez, quienes parecían tener el desequilibrio necesario que hizo falta en los partidos del certamen.
Al final, cada técnico se aferra a su idea, sus hombres y nombres, pero en este caso la ausencia de todos los mencionados pesó mucho más y deja la sensación de que estas decisiones terminaron jugando bastante en el futuro del equipo.
El partido contra Polonia
Aquí se fue una gran parte del torneo para el Tri, que de haber ganado pudo ser hasta líder de grupo y enfrentarse a Australia, pero terminó sin reflejar la superioridad que tuvo durante muchos minutos.
La verdad, Polonia no fue mejor equipo que los aztecas en la Fase de Grupos, pero volviendo a lo antes mencionado, fueron momentos clave los que acabaron por mandar al cuadro verde a casa.
El penal detenido a Arabia Saudita y el regalo a Lewandowski
Cuando hablamos de acciones muy concretas nos referimos a las de este tipo. Los clorofila se quedaron fuera por diferencia de goles, misma que pudo ser diferente de no ser porque Arabia falló un penal en el duelo contra los europeos que pudo ser el empate, y cuanto todo parecía terminar 1-0, los asiáticos perdieron inocentemente un balón con el delantero del Barcelona que obviamente no perdonó.
La mala marca a Messi y la ausencia de Edson
Si hay algo que en teoría sabía hacer el Tata era defenderse, algo que no reflejó mucho con su equipo.
Así planteó el partido ante Argentina, y las cosas le estaban saliendo hasta que dejaron recibir con tiempo y espacio al jugador más talentoso del planeta.
El gol de Messi, con toda la complacencia rival, acabó por abrir el ostión y derribar el guión que en ese momento favorecía al Tri, que nunca tuvo capacidad de reacción.
Llama la atención que en este escenario se prescindiera precísamente del mejor contención, Edson Álvarez. En principio la idea era tener jugadores con buen pie para dar salida y ampliar las posibilidades de cascar en un contragolpe a Argentina, sin embargo la lesión de Andrés Guardado y el cansancio de Herrera acabaron por dejar un hueco enorme.
Si ya se le estaba cansando el caballo, ¿por qué Martino no hizo el cambio?
La pasividad del Guti
En el mismo partido, y aún perdiendo 1-0, México mantenía un papel no tan desfavorable, sin embargo el segundo tanto de la Albiceleste terminó por matarnos.
Si bien fue un golazo, la realidad es que una vez más la complacencia fue culpable de que ocurriera, pues Erick Gutiérrez, cambio por demás desatinado, nunca salió a apretar permitiendo que ocurriera.
Las fallas de Vega, Henry y Antuna y los cambios contra Arabia
Llegamos al último duelo, donde los nuestros tenían que ganar 4-0 para calificar sin importar lo que ocurriera en el otro encuentro.
Las posibilidades de golear en una Copa del Mundo para México son remotas, y como contamos hace poco, solamente se había obtenido un resultado así, que fue contra El Salvador en 1970, sin embargo esto se hubiera podido lograr de no ser por los goles cantados que desperdiciaron los ofensivos.
En los primeros minutos Vega no supo resolver un mano a mano, luego Henry voló un balón que debía ser gol sí o sí, y por último Antuna no fue capaz de parar y empujar un bombón del Chucky Lozano.
A esto hay que añadirle los cambios totalmente inoportunos del técnico, que finalmente había encontrado un buen pistón ofensivo con Orbelín Pineda y lo sacó por Charly Rodríguez, que desinfló al equipo, al igual que Raúl Jiménez, quien sumó su tercer mundial sin anotar.
La tarde magistral de Szcesny
En el otro encuentro también pudieron ser distintas las cosas y que nos echaran una manita para calificar, sin embargo el arquero polaco salió en plan grande y le atajó varias claras a Argentina, incluido un penal de Messi, además de una fallota de Lautaro Martínez que pudo cambiar la historia.
La debilidad mental tras el 2-1
En los últimos minutos, Arabia descontó con una bella jugada y el equipo se vino abajo por completo, pues al parecer no hicieron cuentas y nadie les dijo que con todo y eso seguían necesitando un gol para calificar, pues su cantidad de tantos anotados era mejor que la de Polonia y con eso hubieran logrado entrar a Octavos.
Al final sólo vimos caras largas, lamentos y un conjunto que se cayó anímicamente sabiendo que no conseguirían el resultado pues en su cabeza se necesitaban 2 pepinos. El mensaje al parecer tampoco salió desde la banca, o bien, no fue transmitido con fuerza, lo que acabó de cerrar la pésima gestión del Tata y su grupo, que serán recordados como el peor representativo que hemos tenido desde 1994.
Si cualquiera de estas acciones hubiera terminado diferente, México estaría con total seguridad en vísperas de su partido de Octavos de Final y no en el avión de regreso a casa.
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