Carlos Reinoso es uno de los símbolos más grandes para el americanismo, Su presencia y liderazgo se ha traducido en títulos y momentos dorados para la institución, sin embargo hay una anécdota sobre él que pocos conocen.
En una época donde los fichajes que se hacían no eran por cantidades multimillonarias, y en que nuestra amada Liga MX exportaba a Europa aún menos de lo que lo hace ahora, el habilidoso mediocampista chileno fue capaz de atraer la atención del Real Madrid para tratar de incorporarlo a sus filas.
A pesar del interés, hubo dos grandes motivos que terminaron por cerrar toda posibilidad de que la llegada se concretara: el amor, y Emilio Azcárraga Milmo.
Reinoso confesó durante una entrevista por TUDN que tras la Copa del Mundo de 1974 pasó quince días en la ciudad madrileña arreglando su contratación con el equipo Merengue hasta que El Tigre lo amenazó con bloquear su carrera si se cerraba el traspaso.
“Don Emilio me mandó un pequeño mensaje en el que me dijo: si no regresas en dos días no vuelves a jugar al futbol. Ya estaba todo tan arreglado que cuando me llamó tuve que agarrar el avión de regreso, no se dio por esos detalles de la vida, además de que en ese momento me enamoré de una chica mexicana y por eso regresé”.
Al final parece que no hubo rencores y el icónico número 8 se quedó a seguir haciendo historia en México, donde ganó la llamada Final del Siglo como entrenador de sus amadas Águilas.
¿En verdad se hubiera logrado el fichaje de no ser por Azcárraga? No hay manera de saberlo con seguridad, pero lo que sí es un hecho es que ver al Maestro enfundado de blanco hubiera sido algo muy interesante que quedará en otra de esas anécdotas bizarras del futbol mexicano.
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