Muchas veces el futbol mexicano se ha quejado amargamente sobre los pésimos arbitrajes que nos han tocado en la Conmebol, llámese Copa América, Libertadores o Sudamericana. Hemos sufrido de silbantes localistas, algunos con errores humanos y otros evidentemente tendenciosos, con ganas de que nuestro país no llegase a las fases más importantes.
Pero lo que pocas veces se ha visto es la ayuda sobre nuestro país. Impensable a nivel de Selección, por supuesto. Sin embargo, el combinado nacional arrastraba problemas desde 2013 y a pesar de que la Copa del Mundo de Brasil funcionó como ungüento para nuestras heridas, después el equipo del Piojo Herrera continuó sufriendo el bajón de juego.
Fue en 2015, para una nueva edición de Copa Oro, donde los mexicanos aficionados al futbol tuvimos que vivir una serie de episodios vergonzosos, lamentables y hasta ridículos, con lo que el resto de los países de la confederación terminaron por cuajar su odio deportivo hacia nosotros, y con mucha razón, por supuesto.
Sedes y Grupos
Por primera vez desde 2003 el torneo se disputó en dos naciones, aunque fue puro cachondeo, ya que Canadá tuvo sólo una sede, Toronto, en la que se jugaron nada más dos partidos. El resto, por supuesto, se efectuó en los Estados Unidos.
Esta vez no hubo debutantes entre los 12 calificados y nuevamente se repartieron en cuatro grupos, para que avanzaran los dos primeros lugares y los dos mejores terceros.
En el grupo A competirían Honduras, Panamá, Haití y el anfitrión. En el sector B se encontraron Costa Rica, Canadá, Jamaica y Costa Rica. México, Cuba, Guatemala y Trinidad y Tobago fueron los cuatro miembros del último pelotón.
El combinado azteca estaba obligadísimo a ganar esta Copa, ya que, de no hacerlo, Estados Unidos tendría camino libre rumbo a la Confederaciones 2017, al haber levantado el trofeo de la edición anterior.
Convocatoria Selección Mexicana
Fue por eso que el Piojo Herrera llamó a los mejores hombres disponibles, incluyendo a la delegación europea. El Tricolor estuvo comandado por Diego Reyes y Héctor Herrera del Porto, Layún del Watford, Jonathan Dos Santos y su hermano Giovanni del Villarreal, Memo Ochoa del Málaga, Tecatito Corona del Twente y Andrés Guardado, ídolo del PSV. Además, se sumaba a la lista un tal Carlos Vela de la Real Sociedad, que reaparecía en un torneo importante después de no estar con la Selección desde 2011. Chicharito Hernández estaba convocado también, pero fue sustituido finalmente por el espectacular goleador Javier Chuletita Orozco.
México vs Cuba - Grupos
El pitido inicial para México en la Copa Oro fue el 9 de julio de 2015 ante una Cuba que un nunca ha logrado elevar su nivel, por lo que se preveía una victoria holgada y contundente. Por cierto, que en la banca caribeña sólo había 5 suplentes gracias a las recurrentes deserciones de sus deportistas al salir de la isla.
El capitán Guardado perdió el primer volado del torneo y con ese uniforme negro con vivos en verde limón arrancaba el partido en el Soldier Field de Chicago.
Layún inició las acciones con un disparo directo a las manos. Luego el Principito la mandó a volar y Herrera cotorreaba con su banca. El jovenazo HH remató rarísimo y también la envió por encima, mientras que Oribe midió muy mal un buen centro.
El partido era un tiro al blanco y al 17 por fin cayó el gol, no sin una… y dos intentonas fallidas, para que llegara el héroe olímpico Peralta con su pie izquierdo, zangoloteando la red a cuadros.
La defensa cubana se entregó completamente seis minutos después, regalando el balón como si nada dentro del área, para que Carlitos Vela celebrara su doceavo gol en selección, el segundo apenas en Copas Oro.
Miguel Layún le colocó un potente centro en la frente a Peralta, pero el coahuilense no pudo dirigir, lo mismito que el ídolo de la Real, pero él con la pata zurda.
Guardado calculó, preparó y disparó, aunque el portero la alcanzó a rozar. Oribe falló una vez más con un control que era de rutina, sólo que el rival era tan endeble que las oportunidades no dejaron de caer. Fue por eso que pudo rematar a portería con tiempo y espacio, marcando el 3-0.
Apenas se reanudó el partido y el número 18 remató poco ortodoxo, echándola a un lado. México llegó, llegó, llegó y llegó. Los cubanos ya no sabían que carajos estaban haciendo en Estados Unidos y morían porque se acabara el primer tiempo.
Sin embargo, el Tricolor no les dio la oportunidad y tras un gran centro de Toño Ríos, Andres Guardado cabeceó con esos rulos tan representativos de sus años mozos, celebrando un muy, pero muy sencillo 4-0.
El regreso al césped sería un poco más tranquilo para Cuba gracias a que México quitó el pie del acelerador y este disparo fue lo más cercano que tuvieron a una llegada de peligro.
Dos Santos el mayor se preparaba para ingresar, con todo y su look de barba y bigote, en lo que su carnal la agarró de volea y la puso a un costado del poste, antes de dejarle su lugar entre sonrisas.
En una jugada donde los cubanos demostraron mucho coraje deportivo, se barrieron hasta en dos ocasiones para salvar el gol, pero al final sus propias limitaciones los enterraron, dejándole la bola a un infalible número 19, que a pesar de no lograrlo en primera instancia, logró empujarla.
Algo que no pudo repetir instantes después, ahora de cabeza. Gio tuvo una pleno y sin marca, pero se apresuró y la regaló a las manos del de amarillo. Vela mandó una al poste; a Reyes le robaron su gloria; y finalmente Dos Santos la mandó a guardar… mas no contó por fuera de juego, aunque igualmente le dio besito a su compadre y se deshizo en sonrisas.
Tecatito entró de cambio e inmediatamente demostró lo que ya entonces traía en las piernas, para que luego Oribe nos enseñara que siempre sí es mortal.
Poco importó, gracias a que el camiseta número 10 arrancó en buena posición y con un correcto golpeo anotó su único gol del torneo, antepenúltimo de los que ha marcado con la camiseta de México, la cual probablemente nunca vuelva a portar.
Antes del silbatazo final el combinado azteca tuvo una; dos; tres; cuatro; cinco y hasta seis oportunidades de ampliar un marcador de por sí extenso, pero en 6 a 0 se quedó la masacre. Por supuesto que se sentía como una obligación, un marcador adecuado a las circunstancias y que México no tendría problema alguno para continuar con su aterrador dominio de la Concacaf. Ja.
México vs Guatemala - Grupos
El rival en turno se llamaba Guatemala, liderado por su eterno Pescadito Ruiz. La novedad era el uniforme blanco de México y el cabello de Memo Ochoa, al que veíamos por primera vez sin los acostumbrados rizos.
Piojo Herrera daba vueltas desde el principio en su área técnica, quizá vaticinando la que se le venía encima. Maza Rodríguez se abalanzaba con su acostumbrada rudeza y Guardado le pegaba fatal al balón.
Los de azul robaron la pelota a un despistado Gallito Vásquez y se quedaron muy cerquita de inaugurar el marcador con un globito que le dijo adiós a la horquilla.
Morales se ganaba la primera amarilla con una patada que bien pudo ser juzgada con roja. En el área chapina hubo dos cabezazos que no cumplieron con la regla de convertirse en gol y a Carlos V lo recetaban en el borde del campo.
En ese cobro José Manuel Contreras metió la mano como basquetbolista y el árbitro se hizo el desentendido, a pesar de los acalorados reclamos, en esos tiempos no tan lejanos en los que no había VAR.
Jona disparó débil a las manos resbaladizas de Motta. De pronto México se apagó y el partido pasó a ser una competencia de dureza y poco futbol, hasta que al 34’ Andrés Guardado se unió a la exclusiva lista de mexicanos que se comieron al menos un gol cantado en Copas Oro, donde el amo y señor siempre será Omar Bravo.
Maza disparó a gol después de un pitido y los guatemaltecos se enfurecieron tanto como si les hubiera picado los ojos, por lo que se fueron a desquitar con Oribe.
El Tricolor trató de responder con un zurdazo de Herrera, que poco inquietó, lo mismo que el mal intento del Gallito, lo último de una ríspida primera mitad.
Tuvieron que pasar 1546 segundos para que sucediera algo, que ni siquiera fue de peligro, pero que lo añadimos para contar la historia, porque en verdad que nada le sucedía al partido entre estas dos selecciones, más allá del bien conocido show de Miguel Herrera.
Oribe tuvo en sus pies el gol de la victoria, pero nos falló a todos con su anaranjado botín izquierdo. Contreras, al que habían amonestado instantes atrás, llegaba a toda velocidad a tumbar a Paul Aguilar, en una acción que definitivamente no se merecía otra amarilla, pero que así fue y por supuesto se convirtió en roja, en el primer atisbo de lo que el arbitraje haría en pro de la Selección Mexicana durante este torneo.
El segundo llegó un minutito después, con otra preventiva que bien pudo quedarse guardada. Giovanni entraba otra vez para tratar de revolucionar el ataque, aunque le tapaban la primera y en seguida el travesaño salvó a los centroamericanos del golazo que planeaba Carlitos Esquivel.
Chuleta Orozco entraba al campo nomás para hacerle al tremendo payaso, porque obviamente no hizo absolutamente nada y la banca nacional se lamentaba tanto como nosotros. Layún chutó por arriba y el empate se finalizaba con la sensual pose del Piojo en su banca.
México perdía dos puntos que claramente no ponían en riesgo su pase a segunda ronda, pero que dejaban una sensación de derrota, no por las tantas aproximaciones falladas, si no porque demostraron que todo lo demostrado ante Cuba no fue más que un espejismo.
México vs Trinidad y Tobago - Grupos
El siguiente rival se llamaba Trinidad y Tobago. Los isleños estaban más que dispuestos a quebrar todo y competir al máximo para conseguir la victoria. Sin duda que no decepcionaron. Como dato de color se debe añadir que el árbitro del encuentro era un tal Mark Geiger, amigazo de los nuestros, aunque todavía no lo sabíamos.
Primero Aguilar se probó de pierna derecha, directo a las manos del arquero. Layún casi crucifica a Ochoa con un pase retrasado, mientras que Giovanni nos volvió a demostrar que eso de cabecear no entra en su lista de habilidades.
El primero trinitario fue de Jones, aunque muy fácil. Considerando lo que sería el marcador final, es muy extraño ver el partido y notar que en más de media hora hubo poco o nada de aproximaciones de gol.
El marcador se abrió justo al 32’, cuando Paul Aguilar cerró la pinza y la empujó por en medio de las piernas del portero. Lo bueno fue el tanto, lo malo es que el número 22 nos deleitó con ese horripilante movimiento de brazos y piernas, que sólo al narrador en España le pudo gustar.
Layún la mandó a Saturno y arruinó el buen humor de Herrera, para que luego Dos Santos lo intentase de pierna de derecha y fallara también. 1-0 finalizaron los 45 minutos iniciales. Nadie tenía idea de lo que pasaría después.
En primer lugar, Oribe cabeceó mal. Fue Carlitos Vela quien, después de correr y recortar, pateó con la chueca y el balón entró a regañadientes, luego de hacer una escala en el poste.
Ni cinco minutos nos duró el gusto, pues la defensa azteca se confió y se entregó. Nuestro viejo conocido Kenwyne Jones se llevó fácilmente a Yasser Corona y cedió a Cummings con todo y túnel sobre el Maza, para que el número 20 pusiera el del descuento.
Vela pudo mandarla a guardar, pero perdonó en la jugada que reanudó el partido. Los que sí supieron concretar eran los trinitarios, que robaron la pelota en media cancha y en un veloz latigazo destrozaron todo el esquema defensivo mexicano, que sorprendidos veían cómo se empataba el marcador en un dos por tres.
Diego Reyes subió al ataque a ver si ahí funcionaba mejor, pero ni siquiera la pudo tocar. Adivinen quién si supo meter otro gol.
El portentoso Kenwyne Jones le volvió ca ganar la posición al maza y se la dejó de pecho a Cummings, quien tuvo cero atisbo de duda y con un inapelable escopetazo le dio la vuelta al marcador. Un tremendo golazo digno del futbol desplegado por Trinidad y Tobago.
Reyes lo intentó de lejos, no muy mal, pero sin efectividad. Lo mismo que Rodríguez, aunque él con la frente. Piojo hablaba con Esquivel, a ver si el del Toluca le salvaba el partido.
Como si no fuera suficiente, Jones le ganaba a los dos altísimos centrales mexicanos y con su fortaleza logró patear directo al palo.
Después de un rato de no ver a los atacantes de negro, Tecatito Corona recibió sólo y chutó de zurda, mandando la bola al horizontal isleño. Faltaban sólo 5 minutos reglamentarios, pero curiosamente el frenesí apenas comenzaba.
El capitán nacional agarró un rebote afuera del área y con una potencia de máquina reventó las redes de un portero que pudo hacer algo más, pero no vio llegar el balón.
Piojo Herrera celebró y se volteó a ver a las pantallas, no fuera a ser que el copete no estuviera lo suficientemente agitado, mientras sus dirigidos se abalanzaron a buscar el de la victoria, que llegó antes de alcanzar el minuto 90.
Herrera recortó y disparó a portería. La pelota iba para afuera, pero el capitán Jones puso la pierna y la desvió al fondo. Su rostro de decepción conmovió a más de uno y la banca mexicana celebró con todo lo que parecía un encuentro ganado con sudor y lágrimas.
Pero claro que no era todo. Joevin Jones se aguantó toda la basura lanzada por los asquerosos aficionados presentes y mandó un tiro de esquina que Marshall le ganó a su débil marca, rematando con furia y poniendo el 4-4 definitivo en el marcador.
Trinidad y Tobago merecía la victoria, pero el muchas veces injusto deporte no les otorgó esos tres puntos. Mientras que México tuvo una suerte maldita empatando ese partido, ya que la estela del mal juego los alcanzaría más rápido de lo imaginado.
Ese cuarto gol no sólo le dio una igualada épica a los caribeños, también les otorgó el primer lugar de grupo. Tal vez por eso el ridículo de Herrera le fue a reclamar a Geiger, en una imagen que SEGURO no veríamos repetirse dos partidos después.
México vs Costa Rica – Cuartos de final
Ahora en New Jersey se disputaría el partido de los cuartos de final contra Costa Rica, con la cabeza del técnico nacional al borde de la guillotina, ante la mirada de 80 mil espectadores.
Oribe la mandó a guardar al minuto 5, pero el silbante señaló una falta y el gol no contó. Campbell envió un centro venenoso que peinó Corona y Ochoa tuvo que exigirse por si las moscas.
Piojo decía que bien, pero luego su gesto de preocupación le traicionaba. Venegas le hizo un túnel delicioso a Reyes, aunque sus compañeros no la pudieron empujar
A partir de ahí el juego se convirtió en un acertijo indescifrable, que ni Herrera ni Paulo Wanchope lograban resolver. Los futbolistas mexicanos estaban en la desesperación absoluta y los centroamericanos navegaban con más calma.
Vela le pegaba directo a las manos y luego Venegas no supo definir por encima de Ochoa. Guardado sacó el izquierdazo, haciendo volar a Esteban Alvarado, que en el tiro de esquina también recostó con oficio.
Costa Rica madrugó durísimo a la defensa, pero todavía peor se vio Borges, que le pegó lo más feo que pudo. Oribe recibió una filtrada excelsa de Guardado y después de recortar medio charro disparó a puerta, aunque la defensa se revolvió con prestancia.
Con nuestro príncipe encantador arreglándose el cabello rumbo al vestidor se acabó el primer tiempo.
Al volver Miguel Arturo tiró fácil y después Peralta sumó otra más a su no tan larga suma de erratas, enviando una pelota al vertical derecho. Los ticos se acercaban con Campbell, pero poco más.
Al 63’ el Principito centró bien y Esquivel cacheteó bien raro el balón, que Alvarado supo toquetear y mandar al tiro de esquina, ayudado por el travesaño.
El mismo tolqueño partió el campo en dos y después de correr sin oposición tiró de zurda, sólo que se fue elevando y terminó en saque de meta.
Carlos Vela se perdió otra evidente y muy sencilla para su calidad, por lo que terminó mordiendo el pasto, literalmente. México ya se había adueñado de todo e insistía con mucha verticalidad, pero la Hiena continuaba con la zurda desvielada.
El Piojo lo vio tan desconcentrado y cansado que acabó por sustituirlo por el Tecate, probablemente pensando ya en los tiempos extra. Y en efecto, en el resto del reglamentario sólo se dio la lesión de Yasser Corona, que se despidió del partido y del torneo. También vimos un jarabe tapatío del otro Corona, que terminó en la nada y un coraje profundo del ex del Monterrey.
Se jugarían entonces otros 30 minutos de estrés para el entrenador mexicano, quien agitaba de lado a lado esa fea corbata color verde mientras expulsaba queja tras queja.
El cansancio hacía mella en un soldado blanco y luego Layún se comía tremendo patadón del que el Maza cobraba venganza. Las peroratas de Herrera eran cada vez más aburridas y repetitivas, en lo que su colega ingería quién sabe qué cosa.
Nada de nada sucedió en el primer tiempo extra y en el pequeño intermedio el técnico del Tricolor por fin ejerció como tal, entregando algunas indicaciones a sus jugadores, que parecieron surtir efecto.
Primero Tecatito desbordó y tocó a Peralta que intentó empujar, pero se fue a la esquina. Entonces llegó la única de los ticos con una extraordinaria jugada de Cambell, quien se metió entre todos los estáticos defensores y después de una mini pared tiró a puerta, pero Guillermo Ochoa actuó como mejor sabe hacerlo, atajando.
Pensamos que nunca llegaría, pero se apareció el conato de bronca. Eso sí, fue el más amistoso que nunca vimos en las Copas Oro, contando con la conocida buena onda costarricense.
Piojo Herrera ya visualizaba cómo iba a reclamarle al nazareno al final del partido, mientras el lesionado Chicharito observaba a lo lejos cómo Peralta no alcanzó a rematar a portería.
Pero llegó entonces la primera ayuda arbitral evidente, de esas que se agradecerían en otro tipo de competencias, tal vez en la final de un mundial o algo equivalente, mas no en los cuartos de final de una Copa Oro en la que los mexicanos habían entregado pura basura.
Se puede poner en la mesa el argumento de que esto no era culpa de la Selección Mexicana y que así es el juego y que ni modo, que Guardado metiera el gol y listo. Y sí, seguramente así lo diríamos si no conociéramos el futuro inmediato, ese partido de semifinales al que México llegó después de el 1-0 conseguido en el último segundo de los tiempos extra.
Claro que no sólo los ticos de la cancha se encabritaron al máximo, también los cronistas en aquel país explotaron con todo contra México y la CONCACAF.
México vs Panamá – Semifinales
Ya la situación había sido lo suficientemente vergonzosa como para vivir con ella a cuestas unos diez años, pero lo que sucedería ante Panamá entraría en el costal de las porquerías más grandes del planeta futbol.
Con Mark Geiger como el juez conductor de las acciones, iniciaba el juego el Georgia Dome de Atlanta. Carlitos Vela hacía un Cuauhtémoc regalándole un codazo a Godoy, pero la tarjeta amarilla confirmó de qué lado mascaba la iguana.
El Piojo repetía su outfit y con él dirigía su más recordado partido al frente de la selección, incluso más que ése ante Holanda.
La primera aproximación nos hizo el favor de aparecer hasta el 17’, aunque fue con un deleznable tirito de Aguilar. Bolillo Gómez observaba el juego con esa cara de tristeza tan suya y entonces llegó la primera de muchas. Luis Tejada, de espaldas, intentaba bajar una pelota y estiraba su brazo, con el que le daba un moquetazo a Rodríguez.
Una jugada que podría ser juzgada con tarjeta amarilla, pero Geiger no lo dudó un segundo y sacó la roja de su bolsillo trasero. Las recriminaciones no se hicieron esperar, con medio Panamá encima del silbante y algunos seleccionados mexicanos armándola de tos como si no les hubiera hecho feliz la decisión.
El Piojo ahora sí llamaba a la calma, irónicamente. El juego se pausó durante muchos minutos y el 10 panameño terminó por aceptar su destino, enfurecido, pero resignado.
Bolillo sufría y Herrera esgrimía una ligera sonrisa, con un Geiger que estaba a nada de hundirse todavía más.
México desapareció después de tremenda monserga y rápidamente se fueron yendo al infierno de los errores y el pésimo desarrollo futbolístico. Paul Aguilar se tumbó al suelo por este toquecito, enseñando el peor de todos los códigos postales, ese que incluye anti fair play y poquísima vergüenza deportiva.
Panamá también estaba apagada, con justa razón, y sus acercamientos eran más bien pobres. Todavía Vela se quiso meter en una lucha física donde tenía todas las de perder, mientras que el árbitro gringo mandaba a añadir 4 insuficientes minutos, en donde Ochoa saltó para rechazar un cabezazo y nada más.
Parecía que el descanso ayudaría a calmar los ánimos, no sólo de los jugadores, si no también de Geiger, pero fue todo lo contrario.
Layún intentó mandar un par de centros frontales al área y ambos fallaron rotundamente, ante la angustiosa supervisión del Piojo Herrera. Vela cobró una falta que no debió ser, aunque tampoco tenía puntería y entonces por fin los Dioses del futbol se hicieron presentes.
Con toda la merecida justicia divina Román Torres le ganó por aire al enorme Maza Rodrígez y remató potentísimo en las narices de Paco Memo, festejando con ese brazalete de capitán que tan bien ha portado en su Selección. En el festejo no podía faltar la lluvia de cerveza o de orines que llegaba desde la grada. Detestable.
Héctor Herrera le cayó encima al tobillo de Quintero y rápidamente salió del campo, aprovechando para no hacer olas.
Panamá empezaba así la defensa gallarda de su ventaja conseguida y los de blanco intentarían, con muy poco futbol y nada de corazón, empatar el tanteador.
Los 10 hombres canaleros se agazaparon en su área y colocaron un muro invisible que los mexicanos no sabían cómo penetrar. Incluso Roberto Nurse tuvo un cabezazo, pero la mandó para afuera.
El reloj corría y corría sin que los mexicanos pudieran acercarse con algún ligero peligro. Guillermo Ochoa tuvo que lanzarse para expulsar otro disparo de Armando Cooper, que estaba motivadísimo para llevarse el triunfo.
Para la falta de gol la solución se llamaba Javier y se apellidaba Orozco. Claramente nada bueno podía salir de esa combinación de letras y quedó más que demostrado en los minutos restantes, donde el Chuleta sólo fue otro nombre en las estadísticas.
Y es que México empujó y empujó, pero para los lados, y entre más cerca estábamos del minuto 90, más apoyo recibíamos de Geiger, que pintaba de amarillo a medio país centroamericano, además de marcar faltitas que nadie sabía convertir en peligro real.
La banca panameña pedía calma y avisaba cuánto quedaba, pero de nada les sirvió.
Corría el minuto 89. Esquivel no pudo bajarla y Torres la escupió, tropezándose. Al intentar incorporarse cayó encima del balón con la cadera. Geiger inmediatamente señaló hacia el punto penal, decretando la falta y el robo más grande que nunca ha visto esta confederación de futbol.
Difícil es saber si el árbitro estadounidense tenía órdenes específicas para hacer pasar a México. Pero es un hecho que prácticamente todas sus decisiones estuvieron inclinadas hacia nuestra selección, que demostró partido a partido que por su propia cuenta no podría conseguir el campeonato.
En esta serie de videos sobre la Copa Oro siempre hemos dicho que la CONCACAF prepara su torneo para ver en la final a los dos supuestamente más fuertes, Estados Unidos y México. Normalmente eso se demostraba en el campo y varias veces uno u otro fallaron en el camino. Pero ese 22 de julio de 2015 la pelota sí que se manchó, en oposición a las legendarias palabras de Maradona.
Los futbolistas panameños se fueron con todo encima del cuerpo arbitral y el ridículo preparador físico mexicano fue a provocarlos, encendiéndoles todavía más.
El capitán Torres habló con su equipo y le anunció al colegiado que no iban más, que su equipo se retiraba del partido, en una manifestación de repudio al desastroso trabajo del arbitraje concacafquiano.
Hernán Gómez intentó charlar con el número 5, pero éste se puso firme y le dijo que nanay. Durante este lapso los jugadores de blanco observaban en silencio, quién sabe si reflexionando, pero lo que sí sabemos es que no iban a dejar escapar esa oportunidad.
Paco Memo trataba de hacerlos entrar en razón, sólo que no querían saber de él ni de nadie con algún acento chilango, tapatío ni regio.
Luego de varios minutos de deliberación se reaundó el juego desde el manchón penal. Andrés Guardado cruzó la pelota y empató el partido, evitando celebrar el gol en la medida de lo posible.
A Panamá nadie le apagaría el fuego interior y a Cooper le valió todo, metiéndole un zape a Esquivel. Aguilar se desquitó con una patada que pudo salir mal y fue todo, así se acabó el tiempo regular.
Por supuesto que las quejas continuaron con todos los árbitros y con desazón los canaleros jugaron el resto del partido. Herrera le daba indicaciones a su próximo jefe, mientras Blas Pérez y compañía observaban el juego casi resignados.
A Orozco le metían un golpe bien merecido y se calentaba, lo que detenía otra vez las cosas y se ganaba una amarilla, que ojalá hubiera sido roja. Cummings salvaba a su equipo y luego exigía una falta.
Ochoa expulsaba una de puños e instantes después a México le señalaban otro penal a favor. Una falta que podría debatirse más que la supuesta mano de Torres, pero la verdad es que los afectados reclamaron débilmente, quién sabe si por el agotamiento anímico o por porque ya les daba igual lo que la Concacaf hiciera con ellos.
El capitán azteca volvió a decidir hacer su trabajo y cambió el lado del disparo, asegurando la insípida y pastosa remontada. Después de ello toda la banca roja le aplaudió de pie al señor Mark Geiger por su estupenda participación.
Panamá intentaba darse ánimos, pero en el segundo tiempo extra sólo vimos una patadota sobre el Chuleta y un rebanón de Aguilar que estuvo a punto de convertirse en autogol, pero acabó en atropellada sobre Ochoa.
Geiger pitó el final y fue la señal para que todo el baquillo de suplentes corriera en una vorágine sobre su humanidad, aunque afortunadamente guardaron la cordura y no pasó a mayores.
Un escándalo desastroso, vil, vergonzoso, infame, de esos que no se pueden revisitar sin sentir pena ajena y que recuerdan las pocas ganas que tuvimos de ver la final. Esa a la que Panamá pudo aspirar a llegar, de no ser por la tendenciosa actuación de un árbitro a favor de la Selección Mexicana de futbol.
Jamaica en Copa Oro 2015
Los que sí llegaron por méritos propios fueron los jamaiquinos. En su primer partido de grupos iniciaron ganando con gol de McCleary, ayudado por un desvío. Luego Miller empató los cartones a través de una buena jugada de táctica fija y Ramírez duplicó los goles de su equipo con un gol que se pudo evitar, pero no se logró.
Sin embargo, Jamaica alcanzó a empatar tras una corrida de McAnuff y aunque tuvieron múltiples opciones de ganar, no lograron ser contundentes.
Se toparon después con Canadá, a quienes superaron relativamente fácil con solitaria anotación de Rodolph Austin al 92’, aunque en todo el reglamentario fueron absolutamente superiores y fallaron como nunca.
El Salvador sí que les dio mucha más batalla, errando varias veces frente al arco caribeño, pero su portero regaló un rebote que los Reaggae Boyz aprovecharon para llevarse los tres puntos y el liderato de grupo; importante es recalcar que Costa Rica sólo sumo 3 al empatar todos sus partidos.
El cruce fue contra Haití, que llegaba como segundo lugar del sector A. El marcador se abrió apenas al minuto 6 con una mala actuación del portero haitiano, aunque luego sus compañeros pudieron salvarle la plana, mas no lo lograron.
Haití trató y trató, empujando con mucho corazón sobre la portería jamaiquina, pero nada les salía y después de varios intentos fallidos en el primer y en el segundo tiempo, terminaron cayendo con la cara en alto y con las angustiosas lágrimas del que sabe que tuvo la gloria en sus manos.
Jamaica llegaba a semifinales por primera vez desde 1993 y se jugaba el pase a la final contra Estados Unidos, a quienes sólo habían derrotado una vez en 22 partidos jugados. Muy difícil, sobre todo considerando lo que ocurriría en la otra llave, un par de horas después.
Pero Jamaica no estaba acomplejada y fue a Atlanta a hacer historia. Zardes la mandó al cielo de Georgia. Luego el portero Thompson estuvo a nada del error de su vida, pero poco después hizo la atajada salvadora.
Darren Mattocks se anticipó a su marca en un saque de manos y con un buen cabezazo abrió el marcador. Tan sólo 5 minutos después el fantástico Giles Barnes cobró un tiro libre por encima de una barrera que ni el esfuerzo hizo de saltar.
Los gringos rápidamente en el inicio del segundo tiempo provocaron el error del guardameta, pero ese gol sería el único que clavarían, a pesar de que Thompson seguía regalando la pelota, una vez tras otra.
México vs Jamaica - Final
Así llegaba Jamaica a su primera final de Copa Oro, con todo merecimiento. Y méritos tenían también de conseguir el título, aunque el último partido no les sería favorable.
Lo resumiremos en formato exprés, ya que en este canal nos gusta contar las historias de las Leyendas del Futbol Mexicano y por supuesto que nunca le echaremos flores a los títulos obtenidos con mano negra, trampas y ayudas externas; es claro que los futbolistas de aquella Selección Nacional no tenían la culpa de que su confederación les quisiera arrastrar a como diera lugar hacia la final, pero sí que eran los únicos protagonistas de un nivel de juego paupérrimo, gris y que simplemente no le hacía justicia a nuestro deporte favorito.
Esos mismos federativos que deseaban tener a Estados Unidos en la final contra México, saludaban a los jamaicanos con resignación. Se reprodujeron los himnos e inició el juego.
Los de amarillo intentaban aproximarse y encerrar a los de negro, aunque no obtuvieron réditos. Tampoco es que el Tricolor avasallara, ya que en los primeros 25 sólo lograron un mal cabezazo de Corona y otra del mismo número 9, pero por quererla colgar del ángulo no abrió el marcador.
Finalmente llegó y fue con una gran definición de Andrés Guardado, que fue el sexto para su cuenta personal, incluyendo los dos penales bien recordados. No mucho más sucedió en los primeros 45 minutos.
Al volver, el elenco de Miguel Herrera completó su actuación. Luego luego empezando el Tecate se levantó del piso para arrastrar el balón y con el pie izquierdo anotar el segundo gol, hundiendo cualquier esperanza de karma deportivo.
Jamaica no tuvo armas para contrarrestar el ataque mexicano y después de un lamentable error defensivo, Oribe Peralta se encontró con un balón sencillo y puso la estocada final.
Los Reaggae Boyz sacaron fuerzas de flaqueza y Mattocks hizo un bonito tanto, recortando a un lento Maza Rodríguez y tocando al poste más lejano.
Con ese 3-1 finalizaba el partido y quedaba liquidada la final de la Copa Oro 2015. La Selección Mexicana de futbol se abrazó, brincó y festejó. Guardado obtuvo el Balón de Oro al mejor jugador del torneo y todos sus compañeros se colgaron la medalla de campeones, incluyendo, claro, al Piojo Miguel Herrera. Se levantó la copa, explotaron los papelitos y bla bla bla.
Parecía que aquí se acababa la historia, que Herrera tendría la oportunidad de continuar al frente del equipo y que buscaría el perdón del mundo futbol con una actuación mil veces más presentable en las eliminatorias mundialistas y para conseguir el boleto a la Confederaciones 2017.
No obstante su nula capacidad de autocrítica y la inmensa soberbia acumulada le llevaron a cometer el peor error de su carrera.
Christian Martinolli fue muy crítico con la gestión del Piojo ya que el técnico dedicó mucho tiempo a hacer comerciales y el nivel de juego del combinado nacional fue raquítico después del Mundial.
Al día siguiente de la final de Copa Oro ambos personajes se toparon en el aeropuerto y todo explotó. Miguel Herrera golpeó al periodista y su hija Michelle cacheteó a Luis García.
Claramente esto le costó el puesto al entrenador y revolucionó por enésima vez el entorno de la Selección, que entraba en otra infinita reestructuración. Llegaba Ricardo Ferretti para dirigir la Copa Concacaf, que era un simple partido entre los dos ganadores de las Copas Oro 2013 y 2015.
México venció a Estados Unidos 3-2, con un gran gol de Paul Aguilar a lo Tuca, pero el brasileño se negó rotundamente a continuar al mando del Tri.
Fue entonces que arribó el colombiano Juan Carlos Osorio para dirigir este nuevo ciclo mundialista, en donde tuvo que ir a jugar la Copa Oro 2017. Pero esa es otra historia de Leyendas del Futbol Mexicano.
¿Qué te pareció todo este vergonzoso episodio? ¿Tú eres de la opinión de que Andrés Guardado debió fallar esos penales? ¿Crees que algún día Herrera regrese a la Selección Mexicana? Déjamelo saber en tus comentarios.
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