Uno de los partidos más célebres de la Selección Mexicana se dio en la Final de la Copa Oro 2011 cuando enfrentaron a Estados Unidos, su clásico rival.
El equipo tricolor tenía deudas pendientes ante los de las barras y las estrellas, cuadro que lo derrotó en la Copa Oro 2007, y que lo eliminó del Mundial Corea-Japón 2002.
México inició su andar en el torneo situado en el Grupo A de la competencia, donde tuvieron un andar aplastante.
Los dirigidos por el Chepo de la Torre golearon 5-0 a El Salvador, vencieron por el mismo marcador a Cuba y posteriormente derrotaron 4-1 a Costa Rica, con esto firmaron su pase en primer lugar indiscutible.
El camino a la final no fue tan sencillo. Para llegar, México debió remontarle a Guatemala, que se había adelantado 1-0 con gol del Pescadito Ruíz. El Tri le dio la vuelta gracias a los tantos de Chicharito Hernández y Aldo De Nigris.
En Semis el rival fue Honduras. Los catrachos salieron con el cuchillo entre los dientes y llevaron el partido a la prórroga, donde otra vez Hernández y De Nigris se vistieron de héroes para poner el 2-0.
El camino a la Final de Estados Unidos fue más ajetreado. El cuadro del norte venció 2-0 a Canadá y 1-0 a Guadalupe, pero una derrota de 1-0 ante Panamá le costó pasar en segundo lugar de grupo.
En Cuartos de Final vencieron 2-0 a Jamaica, y en Semifinales se cobraron cuentas ante Panamá, a quien vencieron 1-0 con gol de Clint Dempsey al 76.
Finalmente se dio el clásico de la Concacaf. El 25 de junio de 2011 México se paró en la cancha con una alineación parchada debido a las bajas por clembuterol que obligaron al entrenador azteca a echar mano de jugadores como Héctor Reynoso y Alfredo Talavera.
Estados Unidos aprovechó los primeros minutos y se puso en ventaja gracias a un cabezazo de Clint Dempsey. Minutos después, Landon Donovan amplió la ventaja.
Parecía que el equipo verde se llevaría otro 2-0 a casa, sin embargo Pablo Barrera se vistió de héroe y descontó en el marcador.
A esto le siguió un gol de Guardado donde Chicharito escoltó el balón hasta que se coló dramáticamente en la porteria. Otra vez Barrera, quien ya estaba encendido, anotó para darle la ventaja a México.
Estados Unidos se vio entonces obligado a hacer algo que no disfruta mucho hacer: ir al frente. El conjunto de las barras y las estrellas se lanzó con todo y en su desesperación, el Tri aprovechó para darles una sopa de su propio chocolate.
Gio Dos Santos agarró el balón dentro del área y lo arrastró como si se tratara de un juego de niños mientras un desesperado Tim Howard lo perseguía y se abalanzaba sobre él para tratárselo de quitar.
De pierna izquierda, entre un mar de pies y cabezas, Gio bombeó el balón que se incrustó en el ángulo, a la par que Howard golpeteaba fúrico al pasto.
Aquella estampa se convirtió en uno de los momentos más dulces de la Selección y de la memoria de los aficionados mexicanos.
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