La mayor parte de los equipos del futbol mexicano han construido su historia desde muchas décadas atrás. Aunque en últimos tiempos hemos visto nacer franquicias como hongos después de una noche de lluvia, la realidad es que son pocas las instituciones con un arraigo firme a sus raíces.
El equipo de Guadalajara es, definitivamente, uno de los dos más especiales de nuestro balompié. Su grandeza es la que se labró desde más antaño y aunque recientemente ha tambaleado en sus aspiraciones por recuperar la gloria, no cabe duda de que lo construido con bases firmes es imposible de derrumbar.
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