, octubre 06, 2024

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La historia completa de CUAUHTÉMOC BLANCO (1992-2016)


  •   13 minutos
La historia completa de CUAUHTÉMOC BLANCO (1992-2016)

Introducción

Muy pocos jugadores mexicanos han logrado tener el reconocimiento generalizado y todavía menos si hablamos de futbolistas con corazón azulcrema.

De ellos, el último ídolo americanista, el último Tlatoani, se sienta en la mesa de los más grandes de nuestra historia.

Cuahtémoc Blanco Bravo nació el 17 de enero de 1973 en la Ciudad de México. Con el barrio siempre por delante, el chilango más representativo del futbol nacional dio sus primeros toques al balón en la alcaldía de Azcapotzalco.

A los 15 años fue descubierto por el famoso Ángel «La Coca» González, durante el Torneo de las Delegaciones. Consiguió un contrato por dos años en el Club América, el equipo de su vida.

Ve el video con todos los goles

El debut

Cuatro años después alcanzó su sueño. Era el 5 de diciembre de 1992, cuando sustituyó a Raúl Rodrigo Lara y debutó en primera división ante el León. Tenía 19 años.

Durante las primeras dos temporadas tuvo que comer banca, ya que competía contra el repatriado Hugo Sánchez y el histórico Zague, pero siempre con destellos de esa explosividad juvenil y de una técnica individual desgarbada, pero en extremo efectiva.

A pesar de su indudable talento, fue hasta dos años después, con la llegada del entrenador holandés Leo Beenhakker, que logró consolidarse. Compartió vestidor con leyendas de la talla de Kalusha, Biyik, Germán Villa, Adrian Chávez y el mismo Luis Roberto Alves. Este equipo, digno de su propio post, es recordado como uno de los mejores de todos los tiempos.

Jugando como centro delantero o extremo por las bandas durante esa temporada, Cuahtémoc anotó su primer gol. Fue ante Tecos en la jornada 3 de la temporada 94-95, rematando después de una serie de rebotes. Ese torneo anotaría 5 goles más.

Selección Mexicana

El 1 de febrero de 1995 debutó con la Selección Mexicana, entonces dirigida por Miguel Mejía Barón. En la sub 23, participó en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, donde anotó 3 goles.

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Su primer gol con la selección mayor, fue el 21 de enero de 1996 ante Brasil, en el marco de la Copa Oro de la CONCACAF.

Aunque Cuauhtémoc comenzaba a tener regularidad con su club, la extrañísima salida de Beenhakker de la dirección técnica iniciaba un declive casi imparable para el América, que vio desfilar a nada menos que 7 técnicos en un periodo de tres años, entre ellos Ricardo La Volpe, a quien el Temo reprochaba su favoritismo a ciertos jugadores, como Luis García. Una actitud que le costaría caro, años después.

Su paso por Necaxa

Fue Jorge Solari, entrenador argentino, quien decidió prestarlo al Necaxa, otrora hermano del América. Cuauhtémoc tuvo un paso excepcional con los rojiblancos, alcanzando la final del Verano 98, donde el Toluca les arrancó el título en una final frenética, tanto en la ida como en la vuelta, que fue definida por sendos dobletes de Abundis y José Saturnino Cardozo.

Cerraba su etapa en Necaxa jugando 28 partidos y anotando 13 goles.

Francia 98

Ese verano hizo su debut en la Copa del Mundo de Francia 98, logrando una destacadísima participación, no sólo por su papel de número 10 del equipo, con dos asistencias. También nos regaló joyas como la Cuauteminha y un golazo ante Bélgica, digno de los mejores del mundo.

Para el Invierno 98, Blanco regresó al nido, dispuesto a demostrar su valía, además de preparar su camino para emigrar a Europa, donde se esperaba explotara a su máximo nivel.

A pesar de que en Necaxa jugaba de enganche, detrás de los delanteros, el técnico Carlos Reinoso decidió colocarlo como punta, logrando que Cuauhtémoc alcanzara sus mejores números con el América. Ese torneo jugo 16 partidos, haciendo el mismo número de goles y proclamándose campeón de goleo. Por cuatro torneos consecutivos, fue el mejor anotador del equipo.

Cuauhtémoc Blanco tenía un temple a prueba de fuego. Nunca se achicaba y siempre en los momentos de máxima exigencia era cuando su liderazgo salía a flote.

Campeón de Confederaciones

Fue así en la Copa Confederaciones del 1999, donde México alcanzó el que hasta entonces, era el mayor logro de una selección nacional.

En fase de grupos hizo un poker de goles, ante Arabia Saudita. Ya en semifinales anotó el Gol de Oro en la victoria para calificar a México a la final, donde llegó la consolidación del 10 mexicano.

En un partido reñidísimo, comandado por un joven Ronaldinho, Brasil no se la ponía fácil a México. Blanco dio dos pases para gol y anotó uno de los más recordados por los mexicanos, recortando con un estilo que sólo el barrio concede, y rematando con la sangre fría del líder azteca. Por fin éramos campeones de un torneo FIFA. Los mexicanos, de todas las aficiones, se rendían a sus pies.

El Temo siempre será recordado por sus cercanos como una persona bromista, cálida y preocupada por los que tenían menos que él. La humildad fuera de las canchas jamás será cuestionada. Pero en el campo, su altanería era evidente. No veía a nadie hacia arriba.

Fue así en un partido clasificatorio a la Libertadores donde su festejo fue una burla evidente a Ricardo La Volpe, entonces técnico del Atlas. Otra gotita que le llenaría el vaso al entrenador argentino.

Inicios de los 2000

Y no sólo destacaba con la selección. En el año 2000, el América tuvo una memorable participación en la Copa Libertadores, llegando hasta semifinales. Cuauhtémoc anotó dos  tripletes, alcanzando 9 goles en 12 partidos.

El segundo hat trick es muy recordado, ya que las barras del equipo colombiano amenazaron de muerte al 10 americanista. Cuauh jugó sin miedo y metió los tres de visita, lo que acarreó los aplausos de los hinchas rivales. América sería eliminado por Boca Juniors, con un desafortunado gol en los últimos minutos de la vuelta.

Cuahutémoc Blanco estaba destinado a la grandeza. Mucho se ha hablado sobre qué tan lejos pudo llegar, si alcanzaría un papel protagónico en un equipo europeo y todo lo que pudo ganar individual y colectivamente. Con tristeza, jamás lo sabremos.

En el verano del 2000, fue cedido al Real Valladolid, de la primera división española. Comenzaba así su participación en las grandes ligas.

Terrible lesión

Pero sólo un par de meses después de su llegada, inició el calvario. Era el 8 de octubre, México se enfrentaba a una ridícula selección de Trinidad y Tobago. El marcador era de 6 a 0 en la mitad del segundo tiempo. En un desborde por derecha, Cuauhtémoc se internó en el área, intentando recortar al defensa. La jugada le cambiaría la vida y su carrera futbolística.

Ancil Elcock, aquel trinitario que lo marcaba, planchó la rodilla de Cuauhtémoc, que se dobló y rompió. Durante 8 meses fuimos privados de su magia, de sus recortes, taconazos y mentadas de madre al árbitro.

Su velocidad disminuyó considerablemente. Al volver era evidente que nunca sería el mismo de antes. Pero eso no minó su mentalidad y sus ganas de triunfar. Mejoró su técnica, pulió la cadencia y se volvió más tiempista. Su visión de juego era incomparable.

Regresó a las canchas y se dio el lujo de arruinar la quiniela de sus compañeros de equipo, que habían apostado perder contra el Real Madrid, anotando un golazo de tiro libre en el Santiago Bernabéu que significó el empate.

Lamentablemente la compra de su carta no se concretó y Cuauhtémoc Blanco nunca regresó a jugar con clubes europeos. En el Real Valladolid jugó 23 partidos y anotó 3 goles.

Con la selección volvió en septiembre de 2001 y de la mano de Javier Aguirre rescató una eliminatoria que se veía perdida. Anotando goles contra Jamaica, Honduras y Trinidad y Tobago, alcanzaba la clasificación al Mundial de Corea-Japón.

México cerró una gran primera fase, donde el Temo anotó de penal ante Croacia, dedicado a su abuela, fallecida días atrás. También, con un pase suyo como con la mano, Jared Borgetti marcaba ante Italia uno de los mejores goles de la historia del futbol mexicano.

Sin embargo, por tercer mundial consecutivo, la selección era eliminada en octavos de final.

De regreso al Ame

Para su tercera etapa en América, Cuauhtémoc ya era un ídolo. Con 30 años, sumó otros 31 goles a su cuenta, en 4 torneos cortos consecutivos.

En la Copa Libertadores de 2004, el América fue el mejor equipo de la primera ronda, ganando 4 de los 6 partidos. Sin embargo en octavos de final, fue superado por el São Caetano de Brasil.

En el partido de vuelta, los brasileños se mostraron rocosos y el árbitro tendencioso. Esto provocó la furia de Temo, que soltó un duro codazo en la cara a un defensa rival. Fue expulsado por el árbitro y provocó a la afición, que invadió la cancha y agredió a los brasileños. Un caos, iniciado por Blanco.

Esto hizo que la CONMEBOL lo expulsara un año de competencias en Sudamérica, además de su salida del club de sus amores.

Veracruz histórico

Fue mandado al Veracruz. Parecía que Cuauhtémoc podía ponerse la camiseta de cualquier equipo y brillar. El equipo del puerto llevaba más de 50 años sin ser líder del torneo mexicano. ¡50 años!

El 10 tomó las riendas y de la mano de Walter Jiménez, Kléber Boas y el Chaco Giménez, logró una racha de 8 victorias consecutivas y el primer lugar de su grupo, además de ser el mejor de la liga. El equipo fue eliminado por los Pumas en cuartos de final y Cuauhtémoc cerró su participación con 15 partidos jugados, 5 goles y 4 asistencias.

Blanco regresaría a la que parecía su última etapa como jugador del América. Y sin duda, la mejor de todas.

Por fin campeón de Liga

A pesar de su excepcional nivel de juego, nunca había logrado alzar el título con clubes. Sin embargo, para el Clausura 2005, acompañado de figuras como Memo Ochoa, Kléber, Claudio el Piojo López y Aaron Padilla, el América lograría una racha impresionante de partidos invictos y se calificó a la liguilla con la etiqueta de favorito.

Después de superar con cierta dificultad los cuartos ante Santos, las águilas arrollaron a Cruz Azul, con dos goles de Cuauhtémoc en la ida, uno de ellos un golazo, y una asistencia en la vuelta. 6-2 marcador global.

La final fue casi un trámite, ya que el equipo se encargó de vapulear a los Tecos en el Estadio Azteca, incluyendo un gol del 10, con lo que lograría su décimo campeonato, primero del ídolo. Cuauhtémoc levantaba su primera copa como capitán águila.

En este mismo periodo lograría el Campeón de Campeones de la 2004-05 y la Copa de Campeones de la CONCACAF en 2006.

Después del mundial de 2002, La Volpe tomó el mando de la Selección Mexicana y con ello su oportunidad de revancha contra el Cuauh. De 2003 a 2006, el jugador sólo participó en 9 partidos con México, anotando cero goles.

Adiós al Mundial

Sin embargo, el golpe más bajo fue para el mundial de Alemania. Blanco venía de varios torneos muy buenos con el América, pero el Bigotón decidió dejarlo fuera de la convocatoria. Esta afrenta fue durísima para el futbolista, que veía alejarse el sueño de un tercer mundial.

A pesar de las manifestaciones, La Volpe no cedió a la presión y no cambió de opinión. “Es un jugadorazo, pero veo por lo colectivo y no por lo individual”, dijo para justificar su decisión.

Para el 2007, ya con 34 años, Cuauhtémoc formaría su última gran dupla americanista con Salvador Cabañas. Junto al paraguayo, llegaría a cuartos de final en la Libertadores de ese año y perdería la final del Clausura ante Pachuca, donde anotó su último gol con el equipo de Coapa. Como tenía que ser, un golazo.

Desde abril de ese año se había pactado su venta al Chicago Fire de la MLS, club que quería intentar opacar la contratación del internacional David Beckam por Las Angeles Galaxy. Cuauhtémoc iniciaba la era de los Jugadores Franquicia, rompiendo la barrera salarial y alcanzando un contrato millonario, sólo por debajo del de la estrella inglesa.

En sus tres años con el equipo estadounidense, Cuauhtémoc figuró como un ídolo en la MLS. Y aunque no logró títulos colectivos, fue reconocido con el mejor gol, además de ser el MVP en la primera temporada. En 2008 fue parte del MLS All Star contra el West Ham, donde metió un buen gol y fue reconocido como el más valioso.

Fue durante uno de estos parones de la liga gringa, que justo coincidían con la liguilla en México, que el Temo reforzó al Santos, en el Apertura 2008. Una lamentable lesión del fallecido Chucho Benítez le abrió las puertas al chilango, que alcanzó las semifinales con el equipo de Torreón. Jugó cuatro partidos y anotó un gol de penal en cuartos de final.

Ese mismo año, después de varios desaguisados con el técnico de la Selección Mexicana, Cuauhtémoc Blanco anunciaba su retirada del representativo. Fue en un partido rarísimo en Chiapas contra Canadá, donde se le hizo una pésima despedida, con una pancarta y listo. Adiós al ídolo.

Aunque por fortuna esa historia todavía no tenía final.

Rescatando a la Selección

México estaba sufriendo una vez más en el clasificatorio para el Mundial de Sudáfrica. Y al igual que en 2001, el Vasco Aguirre llegaba como bombero a tratar de salvar la calificación. Y como hacía 8 años, volvía a llamar a Cuauhtémoc para ser el líder que el equipo necesitaba.

Con tres goles, el 10 volvía a demostrar por qué se llama Cuauhtémoc y se apellida Blanco. Sellaba la clasificación al mundial en el Estadio Azteca y festejaba con el técnico nacional que siempre confió en él.

De regreso a Chicago, el Temo siguió jugando y anotando, sin lograr ningún título. Con el Fire jugó 65 partidos y anotó 17 goles.

Ya con 37 años, el jugador comenzó su andar en la Liga de Ascenso, rechazando la idea de retirarse del futbol. Fue contratado por el Veracruz, con lo que logró ser el primer convocado a un Mundial jugando en la segunda división de México. Con los tiburones acumuló 29 partidos y 10 goles en dos etapas.

En Sudáfrica, la selección tendría otra vez un partido destacado frente al rival fuerte del grupo, Francia, al que liquidaría con un contundente 2 a 0 y en el que veíamos el gol número 38 de Blanco con la selección. Lo que no sabíamos es que era el último.

México empataba con el anfitrión y perdía contra la Uruguay de Luis Suárez. Estos resultados nos emparejaban con Argentina, que pasó fácilmente sobre el equipo nacional.

Sube y baja

Al regresar del mundial fue contratado por el Irapuato, en el que jugó tres torneos y prometió retirarse una vez que consiguiera el ascenso. Aunque no se hizo realidad ni una ni otra cosa. El club ganó uno de los torneos que le dio acceso a la final de promoción contra Tijuana que lamentablemente perdieron y el Irapuato no pudo ascender a Primera División. Con los freseros disputó 47 partidos y logró 9 anotaciones.

Parecía que el Temo no se quería rendir y nos quería demostrar a todos que sus piernas seguían con esa magia que pocos mexicanos han tenido. En el Clausura 2012 se fue a jugar a Dorados de Sinaloa, donde alcanzó los tres torneos y su tercer título oficial en México: la Copa MX del Apertura 2012. Con el Gran Pez llegó a los 50 partidos y 15 goles en ambas competencias.

En el apertura 2013 y el clausura 2014 participó con los Lobos BUAP, jugando 23 veces y metiendo 6 goles.

Último adiós al Tri

El 28 de mayo de 2014 quedará marcado, ahora sí, como el último día que Cuauhtémoc Blanco Bravo se puso la playera de México.

Después de la burla que había sido la “despedida” del 2008, Cuauh tenía un homenaje a su altura, en un Estadio Azteca lleno, jugando casi todo el primer tiempo y dejando siempre muestras de su intacta técnica individual. Muchos pedíamos llevarlo al mundial de Brasil, aunque claro, era más un grito de amor, que una opción real.

El ídolo jugó un total de 120 partidos y festejó 38 goles. Fue campeón de Copa Oro en 1996 y 1998, además del título en la Confederaciones. Un verdadero monstruo.

En el Apertura 2014, Rubén Omar Romano decidió llamarlo al Puebla, de regreso a la primera división. Cuauhtémoc no decepcionó y su contrato fue renovado por seis meses más. Para su segundo torneo lideró, como siempre lo hizo. Y llevó a los poblanos a la final de la Copa MX, que disputaban ante las Chivas.

El Temo entró al minuto 70, para generar un par de jugadas de peligro. Puebla ganó 4-2 y Blanco levantó su última copa como futbolista profesional. Con los camoteros jugó 30 partidos y marcó 7 goles.

Cuauhtémoc tenía ya 41 años después de su paso por Puebla. El medio lo reconocía como uno de los mejores jugadores que dio y dará nuestro futbol. Se dio por hecho su retirada.

Siempre declaró que su sueño era decir adiós a las canchas en el América, el equipo de su corazón. Entre 2013 y 2014 tuvo la intención de lograrlo, pero el directivo Ricardo Peláez no se lo permitió.

Pasaron un par de años sin saber mucho de él, más allá de iniciar su carrera en la política, contendiendo y ganando la presidencia municipal de Cuernavaca, Morelos.

El retiro del Genio

Pero en 2016, año del centenario del Club América, las águilas anunciaban que Blanco tendría un partido de despedida. Y no cualquier despedida. Sería registrado oficialmente y jugaría un encuentro de temporada regular.

Después de una intensa preparación, el jugador se ponía por última vez, ahora sí, la casaca del América. Las burlas no se hicieron esperar. Que si estaba gordo. Que ya no corría. Que si la joroba. Que ya era un señor. Y Cuauhtémoc, como siempre, cerró bocas.

Con el número 100 en la espalda y casi 25 años de experiencia en el futbol, el genio tomaba el balón, levantaba la cara, recortaba, ponía pases mágicos y presumía todos sus encantos. En la jugada que pudo ser el punto final con tinta dorada, Cuauhtémoc Blanco amagaba a un defensa del Morelia, dejaba atrás al segundo y metía una vaselina con esa pierna derecha que tantas alegrías regaló.

El balón voló en una parábola infinita, cargado de recuerdos y glorias. Rebotó en el travesaño, el maldito travesaño que no quiso que gritáramos el último gol del maestro en su casa, el Estadio Azteca.

Por fin. Por fin y con mucha melancolía, el hijo del barrio, el que siempre ponía el carácter, el liderazgo y, sobre todo, el futbol, colgaba los zapatos, dejaba el deporte a nivel profesional.

Ahora, sólo nos queda verlo en partidos de exhibición, donde deja claro que la exquisitez no se marchita, al contrario, se añeja y es cada vez más deliciosa.

Cuauhtémoc Blanco. Único, irrepetible, incansable, indomable, polémico, sarcástico, burlón, impaciente, irreverente y humilde. Ídolo. Una Leyenda del Futbol Mexicano.

¿Cuál es tu opinión sobre la carrera del Temo? ¿En qué lugar lo pondrías en la lista de los mejores jugadores de la historia? Déjamelo saber en tus comentarios.

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