Tristemente la Selección Mexicana nos ha acostumbrado a una historia de decepciones en mundiales.
Pasan las justas internacionales, y sin importar el rival, nuestro país suele quedar eliminado en Octavos de Final, a la postre de superar esta todavía tempranera instancia.
Una de las derrotas más dolorosas sin lugar a dudas es la de Corea-Japón 2002, cuando México, tras firmar una gran ronda de grupos donde venció a Croacia y Ecuador, además de empatar 1-1 ante Italia con un testarazo de Borgetti, se enfrentó a Estados Unidos por el pase a Cuartos.
El equipo mexicano lucía como favorito a todas luces, ante un rival accesible al cual conocía a la perfección por sus enfrentamientos en la Concacaf, donde históricamente el Tri ha sido el gigante.
Del otro lado, el combinado del norte llegaba como segundo del Grupo D, donde venció 3-2 a Portugal, empató 1-1 contra Corea del Sur y cayó 3-1 ante Polonia.
El encuentro se dio un 17 de junio en Jeonju, y un tempranero gol logrado por Brian Mcbride al minuto 8 condicionó todo para que el equpo estadounidense se sintiera cómodo en la cancha.
Aquella tarde, México trató con sus mejores armas, sin embargo el duelo se definió al 65 cuando Landon Donovan mató las ilusiones aztecas al concluir un contragolpe.
Rafael Márquez también falló, el ídolo mexicano se hizo expulsar por una agresión, y esta inferioridad numérica fue factor para desmoralizar al Tri, además de los cambios inexplicables del Vasco Aguirre.
El partido terminó, y así México se fue llorando de la Copa del Mundo, mientras los Estados Unidos llegaron a la siguiente ronda, donde enfrentaron a la subcampeona Alemania.
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