Los años 90 fueron una de las décadas más productivas en lo que a ídolos mexicanos se refiere. Una generación dorada que brilló en Copas América, Mundiales y que se encumbró ganando la Copa Confederaciones de 1999.
Y uno de los más grandes referentes era un veracruzano de melena larga y güera, que emocionó a todo el país en el mundial francés y que, incluso, compartió las canchas con el mismísimo Diego Armando Maradona.
Luis Hernández Carrión, mundialmente conocido como el Matador, nació en Poza Rica, Veracruz en 1968.
Índice
Los inicios
En un partido entre las selecciones de Veracruz e Hidalgo, un visor del Cruz Azul lo invitó a ser parte del club. Tenía ya 18 años.
Con las reservas cruzazulinas inició su carrera. Su debut profesional se dio hasta tres años después, en 1990. Se mantuvo en el equipo capitalino, pero alternaba con el entonces filial, los Gallos Blancos de Querétaro.
En estas dos entidades se mantuvo hasta 1992. Con el Azul anotó 1 gol en 20 partidos, mientras que en Querétaro participó 33 vece y marcó 11 goles.
Monterrey
Para la 92-93, se mudó a Monterrey. Con los regios se afianzó como un constante de las alineaciones y en su primera temporada alcanzó la final.
En el partido de ida el Atlante se quedó con un hombre menos muy temprano por la expulsión de Felix Fernández y Luis falló una jugada muy clara frente al arco. Monterrey perdió 1-0 la ida y 3-0 la vuelta, con lo que los Potros se proclamaron campeones.
Para su segunda temporada también tuvo mucha participación, aunque su escuadra quedó fuera de la liguilla. Después de 69 partidos y 17 goles con la Pandilla, el veracruzano fue traspasado al Necaxa.
Necaxa
La década noventera tuvo un gran protagonista: el equipo rayo. Y Hernández fue una pieza clave de los éxitos de la escuadra.
Jugó 5 campañas con el cuadro que entonces tenía sus campos de entrenamiento en Cuautitlán Izcalli. Fueron tres torneos largos y dos cortos.
En la 94-95 jugó 42 partidos y anotó 8 goles, mismos que ayudaron al equipo a alcanzar la final, en la que se enfrentaron al Cruz Azul.
El Matador alzó su primer título como profesional, a pesar de no aportar en el marcador del partido definitivo. Ese año también ganó la Copa México y el Campeón de Campeones.
En febrero de 1995 hizo su debut en Selección Nacional, contra Uruguay, en el mismo partido que Cuauhtémoc Blanco se presentaba de verde. Era el inicio de una de las mancuernas más recordadas por los aficionados mexicanos.
Para la 95-96, el Necaxa estaba embalado y logró un récord de 15 partidos ganados, 10 empatados y 9 perdidos. El Matador jugó 44 partidos entre liga y copa, marcando 11 goles.
Los Rayos se calificaron a la liguilla y después de despachar a Tigres en octavos, Luis marcó el segundo de la ida de semifinales contra el América.
La final se disputó contra el Celaya de Butragueño, que falló un cabezazo a unos minutos de que se acabara la vuelta, con lo que, con un triste empate global a 1 gol, el Necaxa se convertía en Bicampeón.
Ese verano asistiría a la Copa Oro, donde tendría una buena participación y, aunque no marcaría ningún gol, comenzaba a destacarse con el Tri. La Selección obtenía el título y Luis festejaba por primera vez un torneo internacional.
Ya más maduro, Hernández disputaría el primer torneo corto de la historia, el Invierno 96, afianzado en el cuadro titular. El Necaxa calificaría una vez más a la liguilla, donde el delantero sería más determinante y anotaría goles en todas las fases de ésta.
En la final de vuelta, en La Comarca, Luis anotó de palomita el gol que ponía arriba al Necaxa, pero un tanto de Caballero y otro cabezazo de Borgetti sellaban el primer título de la historia para los laguneros.
Luis Hernández con el Tri
En el receso entre torneos, la Selección Mexicana volvía a ser invitada a la Copa América, esta vez en Bolivia.
Hernández se sirvió con la cuchara grande. En el primer partido marcó los dos en la victoria contra los colombianos.
Para el segundo juego, México ganaba 2 a 0 a Brasil con otros dos tantos del Matador, pero un pésimo manejo de juego les hizo perder por 3 a 2.
En el tercer partido, anotó de penal contra Costa Rica y México calificaba a cuartos, donde se enfrentaría a Ecuador. Después de un intenso partido, el juego se definía en penales, donde Luis marcó uno de los cuatro que le daban el pase a nuestro país.
Ya en semifinales el Tri no pudo con la altura de La Paz y fue derrotado por el anfitrión con un pesado 3 a 1.
En el partido por el tercer puesto, el ídolo mexicano marcaba su sexto gol del torneo, que lo acreditaban como el mejor goleador y le daba la medalla de bronce al equipo nacional.
En el Invierno 97, los rojiblancos lograron calificarse una vez más, pero en esta ocasión fueron derrotados por unos sorprendentes Toros Neza.
Matador y Maradona juntos en Boca Juniors
Fue al concluir ese torneo que Diego Maradona habló bien del mexicano con Boca Juniors, uno de los grandes de Argentina. El club bostero anunciaba a Luis Hernández como su refuerzo, al mismo tiempo de apodarlo el Pájaro, gracias a su supuesto parecido con Claudio Caniggia.
Lamentablemente el veracruzano ha sido nombrado uno de los peores fichajes en toda la historia del club de la Boca. Esto debido a que el técnico no confiaba para nada en él.
A pesar de ello, siempre podremos recordar el partido que jugó contra Colo Colo en la Supercopa Sudamericana, en donde anotó uno de sus dos goles con Boca Juniors. En el equipo bonaerense jugó 4 partidos y marcó dos veces.
Terminó su cesión y regresó al Necaxa para el Verano 98, donde sólo jugaría 12 partidos. El equipo llegó a la final del torneo, misma que perdió por goleada ante el Toluca de Cardozo.
A pesar de eso, 1998 sería el mejor año de la carrera futbolística del Matador Hernández. Primero sería convocado a la Copa Oro que se disputaba en febrero.
Durante ese torneo anotaría 4 veces, incluido el gol de la final con que el Tri derrotaba a Estados Unidos para levantar el segundo título consecutivo. Este sería el preámbulo del gran Mundial que tendría Luis Hernández.
Francia 1998
En la justa de Francia, el melenudo jugador con la banda en la frente demostraba que había nacido para que su nombre se recordara para siempre en los anales mundialistas.
México arrancaba el primer partido perdiendo contra Corea del Sur, pero Peláez entraba al campo para lograr el empate. Ricardo sigue debatiendo hasta el día de hoy que el segundo gol nacional debió contar como suyo, pero la FIFA se lo acreditó al Matador después de ese remate en el área.
El 3-1 llegó después de un desborde de Cuauhtémoc Blanco por la izquierda, cediendo a Hernández y buscando la pared, pero el veracruzano, con cierta lentitud, se daba media vuelta para rematar al portero Kim Byung-Ji.
En el segundo partido, ante Bélgica, el combinado nacional logró el empate a 2 con un golazo de Blanco.
Para el tercer encuentro, el Tri sufría contra una poderosa Holanda. El primer tiempo terminó 2 a 0 y México tuvo que remar contracorriente. Bélgica se jugaba su pase en París contra Corea del Sur, e incluso lo ganaban desde el minuto 7, pero los coreanos lograron el empate en el 71.
Mientras tanto, en Saint-Étienne, los mexicanos sacaban fuerza de flaqueza y otra vez el necaxista Peláez le devolvía el aire a su equipo, marcando el 2 a 1 en el 75.
México, con 4 puntos, amarraba la calificación, pero un gol de Bélgica en el otro partido, nos dejaba fuera.
A las 10 de la mañana con 50 minutos, hora de México, Ricardo Peláez, el héroe anónimo de ese partido, tiró un pelotazo al área holandesa. Un Ave María que llegaba al minutó 4 de la prórroga, a unos segundos de que el árbitro pitara el final.
Jaap Stam, uno de los defensores más rocosos de la historia y que para esa época era reconocido como uno los mejores del mundo, no supo medir el balón, que botó cerca de la media luna.
Edwin Van der Saar, otra leyenda, corrió a achicar, pero el Matador Hernández se barrió con la pierna zurda por delante y anotó el gol más icónico de toda su vida. En el festejo, el cuerpo técnico le hizo saber el marcador del otro partido a los jugadores tirados en el suelo.
Y si el épico empate contra los Países Bajos ya ponían en el pedestal de ídolo a Luis, su gran partido de octavos contra Alemania, lo confirmaba.
La pifia contra Alemania
Es una lástima que algunas veces se recuerde más una falla que una actuación histórica. Pero tristemente, en este caso, la falla le costó a México la calificación al quinto partido, el mismo que 22 años después se nos sigue negando.
Después de un pase del Temo que otra vez deseaba convertirse en pared, el de Poza Rica decidió acarrear el balón, driblar al defensa alemán y levantar el balón para que ingresara a la portería a media altura.
Gol de México que estaba jugando un excelente partido. Pero llegarían los minutos decisivos.
Se cumplía recién el primer cuarto de la segunda mitad. El Cabrito Arellano arrastraba el balón por la banda derecha, con esa gran habilidad que eventualmente narraremos en su propio video. Hernández corría del centro a la derecha para jalar la marca, pero los tres defensas alemanes siguieron al regiomontano.
A pesar de la marca, Arellano sacó un disparo que se estrelló en el poste. En el rebote, Blanco centró de primera intención a un Matador que había aniquilado a cientos de rivales, pero que, con un débil remate de zurda que se fue a las manos del portero, no mató a los alemanes.
El resto es historia y con dos goles cerca del final, México se iba a casa, derrotado, pero con la cabeza en alto.
Hernández hace historia
Luis Hernández se convirtió en el primer jugador mexicano en marcar 4 goles en mundiales, récord que no ha sido superado y que se ve complicado para el futuro cercano.
Ya no regresó a Necaxa. Con el club rojiblanco participó de 144 encuentros, marcando 41 goles, el equipo donde más anotó.
Tigres
En el Invierno 98 volvió a la Sultana del Norte, pero ahora para jugar en los Tigres de la Autónoma de Monterrey.
Antes de llegar al club, recibió una oferta de las Chivas, pero con una condición que el número 15 no estaba dispuesto a aceptar.
Su historia con los felinos es agridulce, ya que fue un gran goleador del equipo, dejando joyas hechas goles en todas las canchas del futbol mexicano, pero su equipo nunca logró destacar.
En los 4 torneos que disputó con los regiomontanos, rozó la liguilla hasta en tres ocasiones, pero nunca les alcanzó para calificar. Con Tigres, el Matador Hernández jugó 65 partidos y anotó 39 goles.
De nuevo con el Tri
En el verano del 99 fue llamado una vez más a representar a México en la Copa América de Paraguay. Luis marcó un gol en el primer partido de grupo y fue determinante para los cuartos de final contra Perú con un doblete.
En la semifinal ante Brasil, México fue superado y Luis no logró aportar. Ya en el último partido, el veracruzano volvió a alinear, pero sin gol. Una anotación de Zepeda en el 87’ le daba, otra vez, la medalla del mejor tercero de América al equipo mexicano.
Una semana después, México regresó a casa para disputar y ganar la Confederaciones, pero una lamentable lesión en el partido contra Bolivia nos privó de ver al pelilargo en acción durante el resto del torneo.
Los Angeles Galaxy y América
Luis fichó con el Galaxy de la MLS para el año 2000, aunque alternaría de camisetas durante dos años, entre el América y el club de Los Ángeles.
De enero a mayo del 2000 jugó con las águilas, prestado por el equipo angelino. La segunda mitad del año participó en la MLS y así brincó, cada seis meses, de una entidad a otra. Su último salto se daría a finales de 2001, cuando regresó al América y se mantuvo durante un año.
Estos dos años de sube y baja no ayudaron mucho a su rendimiento. Las participaciones con el Galaxy llegaron sólo a las 30 en dos partidos, pero sus 13 goles no fueron suficientes para ganar el título, a pesar de llegar a la final de la 2001. En ese partido anotó, pero no fue suficiente, fueron derrotados.
En América jugó 54 veces y marcó 10 goles, incluyendo uno muy recordado en Libertadores ante Talleres de Córdoba.
Corea-Japón 2002
La liguilla del Verano 2002 se jugaba casi al mismo tiempo que el mundial de Corea – Japón, por lo que los equipos debieron ceder a sus futbolistas y el mini torneo se disputó sin seleccionados.
Eso evitó que Hernández pudiera levantar el trofeo de campeón con sus compañeros en el Azteca.
La justa mundialista fue dura para el Matador. Entró de cambio para el segundo tiempo de los primeros dos encuentros y sustituyó a Ramón Morales al minuto 28 de los octavos, pero nada pudo hacer para evitar la derrota de México vs USA.
Muy lamentablemente, ese era el último partido de Luis Hernández con el Tricolor. Se retiraba de la Selección ostentando el título del máximo goleador de la historia, aunque actualmente ocupa el cuarto puesto. Con el representativo jugó 85 partidos, anotando 35 goles.
Ganó dos Copas Oro, una Confederaciones y dos terceros lugares de Copa América. Un futbolista que siempre será recordado por sus actuaciones portando la playera del Calendario Azteca.
Al regresar de Asia, el delantero sólo participó en dos encuentros del Apertura 2002 con el América. Se acababa su etapa en el club de Coapa, donde jugó 54 encuentros y marcó 10 goles.
Veracruz
Ya en el ocaso de su carrera, fue traspasado a Veracruz, en donde llegó a las semifinales del Clausura 2003. Aunque hizo un gol de penal en cuartos de final, no le alcanzó para llegar a la final, ya que fueron eliminados por Morelia.
Con los veracruzanos jugó 18 encuentros y anotó 5 goles.
Los Jaguares de Chiapas se convertían en el último equipo de Primera División en donde jugaría el Matador Luis Hernández, pero su bajo nivel lo relegó a la banca y sólo pudo marcar una vez en 5 partidos.
Lobos BUAP
El Apertura 2004 y el Clausura 2005 serían los últimos torneos de futbol profesional que Hernández jugaría en su carrera. Lo haría enfundando la playera de los Lobos BUAP, en donde no lograría nada que resaltar. Alineó en 9 encuentros y marcó 4 goles.
El 17 de mayo de 2005, con un partido entre sus amigos futbolistas y jugadores de Poza Rica, el Perro, como le llamaban en su pueblo natal, se despedía del futbol profesional.
Marcó dos goles en su adiós a las canchas. Y no podía ser de otro modo para el delantero que, a pesar de ser un desordenado en lo táctico, su corazón y pundonor eran indiscutibles.
Toda una generación fue inspirada por el veracruzano que brilló en todos lados, pero que convirtió a Francia en su lienzo más bello.
Con carisma, valentía, coraje, determinación, constancia y casi 200 goles en su cuenta personal, el Matador Hernández se erigió como una Leyenda del Futbol Mexicano.
¿Cuál es tu recuerdo de Luis Hernández? ¿Te hubiera gustado verlo jugar en estos tiempos? ¿Qué crees que hubiera pasado si metía ese gol contra Alemania en el 98? Deja tus comentarios e iniciemos el debate.
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